A partir del próximo domingo 9 de septiembre los lectores habituales y los suscriptores de El País tendrán la posibilidad de acceder al enésimo curso de inglés de la temporada. Este coleccionable se vende bajo el paraguas de la BBC (¿por qué el nombre de un canal de televisión aparece como garantía en el aprendizaje de lenguas?) y con un eslogan de los que quieren llevarte al huerto: «porque la vida real no tiene subtítulos» (Esta gente no se ha enterado de que hasta YouTube ya te permite subtitular). El caso es que además del bombo y el platillo habitual a alguien se le ha ocurrido la fantástica idea de colgar las lecciones en la web, pasar las audiciones a mp3 y además adaptarlas a un formato que se pueda descargar en teléfonos móviles. Y aquí empiezan los problemas, porque lo que en principio parecería una buena idea, crear un curso multiplataforma que se apoye en diferentes medios para llegar al aprendiz, se convierte en una simple traslación a lo digital de las unidades de corte estructural y de fijación continua (enfermiza) en la forma gramatical que aparecen en papel. Estos señores aún no se han enterado de que el aprendizaje en la web es otra cosa. Pero eso sí, seguro que venderán mucho más de lo que por su valor didáctico se merecen.
Y para colmo se empeñan en llamar podcast a un simple m3.
Según veo, El Mundo lanza otro curso en el que anuncia «un CD audio con mp3». Y la Cope lleva un montón de tiempo haciendo propaganda de algo que tiene la pinta de cutrecurso, ya solo por el nombre: «Autoinglés on the road».
Por cierto, me ha dado por recopilar esto, no sé porqué. Seguramente hay más:
José Antonio Primo de Rivera
Francisco Franco
José Ma. Aznar
J. L. Rodríguez Zapatero
Que las audiciones ya vengan en mp3, me parece natural. Que lo llamen podcast, me parece no sólo incorrecto sino fraudulento. Sobre todo si estás cobrando por descarga. Ni Apple se atreve a tanto.