A raíz de esta viñeta humorística del Prrofesor Potâchov se ha vuelto a reavivar el sempiterno debate en torno a las webquest. Por algún motivo que se me escapa, los seguidores del invento del «paladín» Bernie Dodge defienden esta forma de trabajo con un apasionamiento sorprendente. En mi opinión, después de la «revolución 2.0» (vamos a llamarla así, a falta de otra cosa) las webquest han quedado superadas, pertenecen a un paradigma 1.0: son lineales, no interactivas y refuerzan el control del profesor que, por ejemplo, es el que proporciona los enlaces… ¡Si es que las WQ nacen en 1995, por favor!
¿Sería posible, sin embargo, adaptar una WQ para producir auténtico aprendizaje colaborativo, usando, por ejemplo, del.icio.us para los enlaces, o integrando una wiki en el proceso etc.? Seguramente sí. Pero la pregunta es ¿para qué? Sería como «tunear» un walkman para convertirlo en un ipod, cuando ya existen los ipods…
Por cierto, llama la atención que la entrada de Bernie Dodge en la Wikipedia -uno de los pilares del conocimiento compartido en clave 2.0- sea tan pobre. ¿Por qué será?
Nota: Sobre este tema se puede ampliar información en tres entradas publicadas en blogs de miembros del Grupo Nodos_Ele a lo largo de 2007:
«¿Webquests? No, gracias», en ELE 2.0. Enseñando Español (abril 2007) «¿Es posible hacer Webquest 2.0? (half-baked thoughts)», en Victoria 2.0. (junio 2007) «Esto no es una webquest», en ¡Estratego! (julio 2007)