Desde el principio, Nodos Ele ha sido un grupo abierto con una propuesta definida. Esta es nuestra seña de identidad. Los tiempos cambian y las propuestas evolucionan, se tranforman o desaparecen.
Cuando el Grupo se creó en el verano de 2007, uno de sus objetivos era que surgieran nodos similares con planteamientos diferentes y razonados en el campo de la enseñanza de idiomas, en especial de ELE (Español Lengua Extranjera). Queríamos lanzar una piedra en un estanque apático y encantado de conocerse, con el objetivo de enriquecer un debate insoslayable: la crisis del modelo educativo tradicional y la reflexión sobre las nuevas formas emergentes de aprendizaje, siempre con el foco puesto en la nueva web 2.0.
En este sentido, hay que reconocer cierto fracaso. El mundo ELE en la red apenas se mueve entre el repositorio y el chascarrillo, con unas instituciones llenas de medios y faltas de ideas, y unas editoriales que viven de las rentas; algunas iniciativas valiosas pero aisladas, como la de LdeLengua -que no por nada llevan tres de los miembros fundadores del Grupo, que se formó de forma tan extraña como pintoresca a través de Twitter en el verano de 2007- son la excepción que confirma la regla.
En todo caso, el Grupo Nodos Ele sigue adelante como siempre, abierto pero con una propuesta definida siempre renovada. Se hacía necesario un nuevo manifiesto que se adecuara más a la nueva realidad, a todos esos cambios de que hemos dado cuenta en el campo de la enseñanza (de idiomas) a lo largo de estos últimos dos años de blog, acciones y actividades.
Este segundo manifiesto -obra de David Vidal y Lola Torres– es un nuevo compromiso con nuestro trabajo y nuestras ideas, un documento de mínimos que actualiza una propuesta que nació a medio y largo plazo, sin ataduras ni componendas.
Esto no ha hecho más que empezar.
Subscribo el manifiesto. Corrobora algunos de los interrogantes que me plantea mi condición de profesor de ELE. Intentaré pasar a la acción y no perderme de vista, no se trata de un apoyo moral y mucho menos corporativista sino de una convicción.
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Me gustan muchas de las cosas que señaláis en el manifiesto. El aula como ecosistema caótico, el aprendizaje no (necesariamente/exclusivamente) formal, y la necesidad de que el profesor, uno de esos que llamáis «agentes del aprendizaje», sea capaz de encontrar/porporcionar/establecer conexiones relevantes para el aprendizaje. Aprendizaje significativo. Situaciones para el aprendizaje. Yo creo que esa es la piedra de toque. Sea con facebook, con twiter, con sms o con cartas de amor de las de papel y boli.
salud!
Hombre, Isa, ¿cómo van los tiroteos?
Pues los tiroteos no se han repetido, jeje
Ahora, a parte de a finiquitar el semestre y lidiar con estudiantes desorientados en cuanto no se les obliga a aprender listas de verbos de memoria, nos dedicamos a disfrutar de la primavera mediterranea y a aprender a albanes, lengua del demonio.
saludos, agitadores del «apatico estanque…»