La hora del léxico

Ahora que entramos en la era del español global, lo que implica un desplazamiento desde la gramática hacia el léxico, viene muy a pelo retomar la reflexión sobre el tema.

Nos vienen nuevos manuales que inciden en la competencia léxica, de modo que va siendo hora de desmontar Leximatrix como se ha hecho con la gramática desde el punto de vista cognitivo. En esta entrevista, Javier López Facal dice algunas verdades al hilo de su nuevo libro: La presunta autoridad de los diccionarios (CSIC-Catarata, 2011). En mi opinión, son un buen punto de partida:

[Una persona, para expresarse] usa tres o cuatro mil [palabras], nada más

Explico en el libro que si alguien va por el campo, ve una hierba, consulta un libro de botánica y no viene, no se le ocurre decir que esa hierba no existe, sino que esa hierba no está en su libro de botánica. Nadie puede decir a un hispanoparlante «esta palabra no existe». Se puede decir que no está en el diccionario… pero la culpa no la tengo yo por usar la palabra sino el diccionario por no reflejar bien el léxico. Mucha gente cree que el diccionario de la RAE es como los mandamientos de la ley mosaica y que si los incumples vas al infierno.

[Me gusta la Wikipedia]. Es una enciclopedia y hay que tener en cuenta que es muy desigual según lenguas y artículos. La wiki alemana es generalmente impecable, la inglesa también. La tercera que se hizo fue la catalana y se ha quedado un poco corta. La española es muy desigual, con artículos muy buenos y otros que no…

Muchos españoles creen que el diccionario de la RAE es el mejor que hay, pues bien, es exactamente el peor. Es peor comparado con el equivalente francés, italiano, portugués, alemán, inglés…

5 comentarios en “La hora del léxico

  1. Emilio Quintana

    En líneas generales, un hablante de español no nativo lo que necesita es una buena competencia sintáctica, basada en una perspectiva analítica y no sintética.

    Desde el punto de vista gramatical, esto implica:

    1. Un buen uso del sistema pronominal, verdadero caballo de batalla del español, desde una perspectiva comunicativa.

    2. La asunción del carácter morfemático de las personas verbales y las concordancias.

    Con una base sintáctica adecuada que tenga en cuenta pronombres y morfemas (algo difícil de conseguir, excepto en lenguas latinas) se va bien. El resto es competencia léxica, entendida también de forma analítica, ya que las estrategias sintéticas (propias de algunas lenguas germánicas) solo entorpecen el camino.

    Cualquier mente nativa es capaz de decodificar lo demás. El subjuntivo, por ejemplo, es irrelevante. Si un no nativo me dice «No creo que va a llover» no se produce ninguna interferencia comunicativa (ni siquiera se produce una incorrección gramatical, ya que se trata de una interfaz plenamente operativa). El funcionamiento propio del sistema verbal del español formaría parte de la «expertise» del hablante, pero no de su competencia comunicativa.

    Estoy simplificando. pero me parece que por ahí va el tema.

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  2. Elisa Hergueta

    Hola Emilio,
    concuerdo totalmente contigo, solo que estoy intentando imaginarme cómo poder desmontar Leximatrix. Conozco los trabajo de José Plácido Ruiz Campillo sobre Gramatrix, pero no logro transferirlo al Léxico. ¿Podrías ayudarme un poco?

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  3. Emilio Quintana

    Espero tener la oportunidad de usar el nuevo manual de Difusión, que me puede ayudar al respecto.

    Creo que uno de los grandes retos es conseguir una capacidad de uso analítica. En principio, me parece que usar el diccionario en clase es contraproducente (hay estudiantes iniciales que llegan a clase con diccionarios complejísimos, que es como empezar a conducir con un Fórmula 1; otros usan intensivamente apps móviles. Todo eso no contribuye al desarrollo de una competencia léxica).

    El día que un estudiante no busque en el diccionario (que además lo va a despistar, porque las traducciones y las acepciones diferentes son peregrinas, de modo que en un 95% no da una) la cosa irá bien. Nadie tiene que saber que lo que hay en la mesa es un boli si puede decir «la cosa que está encima de la mesa, la cosa para escribir». Las listas de palabras y los diccionarios son letales.

    Es un posible camino.

    En cuanto a la gramática yo voy un paso más allá que José Plácido, o no. Desde luego la gramática es una cuestión operativa, no normativa. Eso está muy bien para reflexionar metacognitivamente, y en un manual como El ventilador José Plácido lo borda. Pero una competencia gramatical operativa, en mi opinón, se basa en una competencia sintáctica (el tema preposicional es la piedra de toque, el tema modal no) y en la capacidad de representar a las personas del verbo. El subjuntivo, por ejemplo, puede considerarse desde una especie de sesquilingüismo gramatical (palabro que propongo para definir este proceso). Es una «expertise», pero no un requisito de comunicación.

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  4. Pingback: Las palabras que faltan | Mundos Perifericos

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