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Liquid Surveillance (2012). Bauman contra los zombies reloaded

Es uno de los libros más esperados del año.

Después de las ocurrencias de Jaron Lanier (que tanto le gustan a Ismael Peña-Lopez) y las brillantes jeremiadas de Evgeny Morozov (el más inteligente entre los apocalípticos), aquí llega por fin el líquido entre los líquidos, el inmarcesible Zygmunt Bauman, que ni es friki ni muy brillante, pero que se ha creado una marca propia (que le deseo que disfrute con salud) que le proporciona una desahogada «liquidez».

Su nueva reflexión acuática sale a finales de octubre, pero ya se ha comentado hasta la saciedad en internet: Liquid Surveillance (Polity Books, 2012). Se trata de un libro de conversaciones con David Lyon (formato atractivo) en torno a lo malísimo que es el posdigitalismo, que califica de KGB del siglo XXI.

El discurso de Bauman es similar al de Morozov, pero menos inteligente, a mi entender, más universitario, es decir, más plomizo, plomazo y plúmbeo. Que si la red digital está creando la «dictadura perfecta», que si todos nos controlamos a todos mediante las redes sociales, de modo que el poder ya no necesita vigilarte, que ya les hacemos el trabajo nosotros; es decir, lo de siempre.

La marca de la casa es que todo esto ahora se tiene que llamar «líquido»: «control líquido», «supervisión líquida», «pamplina líquida». No hay nada como encontrar una etiqueta y empezar a producir libros como churros. Es obvio que nos movemos hacia sociedades distribuidas, no centralizadas. Si a eso lo quiere llamar Bauman peyorativamente «líquido» (que no hacía ninguna falta meter otra palabra), pues bendita liquidez.

Es obvio que todo cambio tiene riesgos. Nadie piensa que la libertad no conlleva riesgos a los que hay que enfrentarse. Pero plantarle cara a los riesgos no significa clamar por la vuelta de una sociedad planificada desde arriba, sólida como una roca que te rompe la crisma, en vez de líquida, como una piscina en la que te intentas mover con la mayor libertad posible. De lo que le he escuchado a Bauman sobre este nuevo libro, lo más destacable me parece:

  • La afirmación de que el poder se está desplazando desde la represión al placer, de lo «hard» a lo «soft», es decir, la idea (nada nueva, absolutamente rutinaria) de que es más fácil controlar ofreciendo mantequilla en vez de cañones. Lo que no entiendo es qué hay de malo en ofrecer mantequilla en vez de cañones. Debemos defendernos de los cantos de sirena del poder que quiere vigilarnos y controlarnos, pero más libertad me parece mejor que más control.
  • La idea de ban-opticon, es decir, de «muerte social». Otro tópico manido al que le sigue dando vueltas. Que si no estás en Twitter no eres nadie, etc. Da un poco de pereza discutir estas cosas, que no pasan de ocurrencias sin mayor calado.
  • La idea de synopticon, es decir, de que el poder ya no necesita manifestarse como tal, porque los ciudadanos nos controlamos los unos a los otros. Comparar una sociedad peer-to-peer con una sociedad totalitaria me parece otra idea poco elaborada, por decirlo de un modo suave. Claro que la libertad hay que defenderla todos los días. Siempre ha sido así. Y siempre será así.

Mi impresión es que el pensamiento de Bauman es muy pobre (Lanier tiene la gracia del frikismo, Morozov es muy inteligente). Se basa en juegos de palabras, supuestas críticas de lo obvio («miren ustedes, el cielo es azul, qué escándalo, queremos un cielo amarillo, hay una conjura de los azules»), etc.

Que la posdigitalidad tiene sus riesgos es una idea de perogrullo. El motivo radica en que la vida tiene sus riesgos. Vivir, mata. Ya lo sabemos. ¿Y?

La labor de gente como Bauman es positiva porque llama la atención sobre los problemas, es decir, nos ayuda a romper la inercia de los papanatas digitales. Bauman hace muy bien de Casandra. Sí, hace falta alertar de los peligros de la realidad aumentada o del wearable computing. Pero una cosa es esa y otra naufragar en un discurso sobre supuestos proyectos de convertirnos en zombies programados mediante algoritmos. Algo sobre lo que hablaba el otro día aquí mismo a raíz de Automate This.

No se invente películas, Mr. Bauman:

Automate This (2012), de Christopher Steiner. Morozov entre la tiranía de los algoritmos y la libertad de elegir

Morozov strikes again. Como es sabido, tengo debilidad por la posición escéptica sobre el posdigitalismo del bielorruso Evgeny Morozov.

He escrito bastante sobre su obra, y pienso seguir haciéndolo, ya que me parece una de las mentes más lúcidas que existen hoy en día sobre estos temas.

Hace una semana publicó una reseña en el WSJ sobre el libro de moda: Automate This: How Algorithms Came to Rule Our World, de Christopher Steiner (Portfolio, 2012), una obra muy entretenida que hace un recorrido por la evolución de los algoritmos, desde la Antigüedad (aparecen en Mesopotamia 2.500 años antes de Cristo, para racionalizar la distribución del grano) hasta un presente en el que ejercen, según el autor, una absoluta tiranía sobre nuestras vidas diarias.

Los algoritmos no sólo están en la base de todas las redes sociales, sino que pueden componer mejores canciones que los Beatles, o saben cuánto durará una relación sentimental. En definitiva, dice Steiner: los algoritmos dirigen el mundo.

Ante este panorama, uno se experaría un texto apocalíptico de Morozov, en plan: «lo véis, ya os lo había dicho, nos controlan con las apps digitales, somos súbditos de Silicon Valley y del brazo incorrupto de Steve Jobs… Arrepentíos, pecadores…».

Pero no. Ahora que nos habíamos acostumbrado a su brillante argumentación a la contra, nos sale con un moderado pero firme canto a la libertad de elegir, que recomiendo leer tranquilamente (es corto):

The real question isn’t whether to live with algorithms—the Sumerians got that much right—but how to live with them. As Vonnegut understood over a half-century ago, an uncritical embrace of automation, for all the efficiency that it offers, is just a prelude to dystopia.

Los algoritmos han estado siempre con nosotros. No otra cosa es el «mínimo común denominador», que no me parece que sea sospechoso de querer implantar una dictadura planetaria. Se trata, por tanto, de elegir qué hacer (se puede, oiga): enseñar o esconder, hablar o callar, enfrentarse o convivir.

Outliers School, la nueva propuesta de Scolari, Cobo y Pardo Kuklinski

Los tres grandes provocadores de la innovación educativa en español (Cobo, Scolari y Pardo Kuklinski) siguen jugando al «fútbol total».

Su nuevo proyecto se llama Outliers School, y trata de algunos de los temas que llevamos analizando en Nodos Ele desde que empezamos, así que nos encanta.

Eso sí, no es un espacio abierto; habrá una selección de «outliers» el 12 de noviembre. Además, se paga y no te dan certificado, como debe ser. Qué mayor insignia que trabajar en proyectos concretos disruptivos con gente llena de talento. Bravo.

En mi opinión, el gran acierto de esta propuesta radica en su centralidad en el diseño educativo. Lo demás, viene de suyo. El terreno de juego está perfectamente definido, porque el partido se juega precisamente ahí.

Twitter: @outliersschool

Outliers School Educación 2012 / Presentación from Outliers School on Vimeo.

Se basa en el siguiente decálogo de Scolari (con el que estoy de acuerdo en un 70%, que ya es bastante, me parece a mí, vamos), que resumo muy brevemente:

1. La crisis de la educación es un problema de diseño. Vivimos una burbuja de oferta educativa formal con la consiguiente pérdida de valor de los títulos académicos. Outliers School es un NO-grado, basado en la sincronía «peer to peer» y en reuniones en red y «prototyping», sin evaluaciones. Todos somos diseñadores educativos, actuando en ensayo/error, «learning by doing» y trabajo en beta. Referencia: Gray, Brown y Macanufo, Gamestorming (2012):

“los retos industriales actuales no son estándares. El trabajo actual debe estar dirigido a menudo hacia lo desconocido, la incertidumbre y los espacios de reto ambiguos, y la capacidad de crear y descubrir es más importante que ajustarse al molde de lo estándar.”

2. La gran disrupción de la educación es organizativa, no tecnológica. Outliers School es un espacio en red para resolver problemas de diseño educativo mediante el prototipeado de ideas. Esto no pasa por un cambio tecnológico sino por un cambio de mentalidad. Referencia: Cornella, Co-Society (2012):

“cualquier persona puede convertirse en empresa, partiendo de sus conocimientos o habilidades diferenciales. (..) No podemos diferenciar cuando trabajamos y cuando no. Los sistemas móviles nos dejan always-on. Lo peor es que estamos siempre disponibles para ejecutar procesos, no para pensar.”

3. Del conocimiento superficial al focalizado e interdisciplinario. Las instituciones educativas corren el riesgo de la parálisis. Deben pasar de habilidades generales, jerárquicas e intercambiables hacia colaboración horizontal y conocimientos especializados. Outliers School refuerza el desarrollo de habilidades para la innovación, la resolución de problemas complejos, el trabajo distribuido y la generación de liderazgos adaptables capaz de hacer frente a las profundas redefiniciones del ecosistema educativo.

4. Sobre los espacios de trabajo. Construye tu propio MIT Building 20. La arquitectura del diseño educativo debe cambiar. Referencia: Stewart Brand, «The Low Road». Jane Jacobs:

“Old ideas can sometimes use new buildings. New ideas must come from old buildings.”

5. Aprender resolviendo problemas más que aprendizaje formal teórico. Los procesos que facilitan la resolución de problemas resultan un nicho más atractivo que la reflexión teórica. Referencia: Cristóbal Cobo/John Moravec: Aprendizaje Invisible.

6. Hacia un kiosko de aprendizaje, toma sólo lo que necesitas.. Utilización de múltiples dispositivos en forma convergente y transmediática para ejecutar acciones específicas: no presencialidad, soporte de productividad, ubicuidad. Referencia: Avey, Kiosk Learning (2011). George Siemens, MOOCs.

7. Aprendizaje Invisible. La tecnología no es la clave en un escenario posdigital, sino la mentalidad cultural. Formación no formal, formación flexible («peer to peer»), acumulación del conocimiento en flujo. Rechazo de herramientas como el currículo, porque no refleja las «competencias blandas»: creatividad, innovación, flexibilidad, etc.

8. La legitimidad de los educadores está distribuida en red, y no en las instituciones. El componente agregado/ubicuo de la educación. Superación de la jerarquía up-down (de arriba hacia abajo), por una red distribuída y legitimada entre pares (Rifkin, 2012). Referencia: Jeff Jarvis (2009):

“Education is one of the institutions most deserving of disruption, and with the greatest opportunities to come of it (…) a new educational landscape where universities teach an abundance of knowledge to those who want it rather than manage a scarcity of seats in a class.”

9. Desintermediar la producción y distribución de conocimiento. En el diseño educativo, existe un nuevo mapa de actores y propuestas desintermediadas, innovadoras y basadas en la apertura a la comunidad, especialmente fuera de las estructuras formales. Nuevos actores que construyen un metasistema de ideas que conecta la academia con el mundo empírico de forma mucho más eficiente. Referencias: Brabazon (2007):

“We have to ask how to encourage intellectual rigour in an edu-tainment landscape stimulating the learn of meta-skills, but not only contents. To teach the meaning and purpose of refereeing.”

10. De la pedagogía de la enunciación a la pedagogía de la participación. Nuevos formatos más allá del libro, nuevas narrativas transmediáticas. Todos somos prosumidores, sin necesidad de intermediarios. Referencia: Grant McCracken, Culturematic (2012):

“As the story escapes the creative control of a single artist, author or studio, it is free to experiment. The story becomes a laboratory.”

Outliers School Educación 2012 / Presentación (2) from Outliers School on Vimeo.

xEducation, el nuevo libro de George Siemens, Bonnie Stewart, y Dave Cormier

Sólo una pequeña nota para poner sobre aviso de xEducation (Johns Hopkins University Press, 2013), el nuevo libro que están escribiendo George Siemens, Bonnie Stewart, y Dave Cormier. Lo presentan así:

Our focus is on sidestepping the rather substantial hype around educational reform, particularly from the technological angle, and present a solid discussion of the scope and nature of higher education (HE) change.

Para seguir la escritura del libro han creado el blog xED Book, a book about education stuff, moocs, etc., en el que -como es lógico- apenas hay todavía sino declaraciones de intenciones:

The university’s main currency, its main product, is knowledge. As new things are done with knowledge, university’s face pressure to adapt to knowledge’s structure and flow.

Short Stories About Tiny Tasks. Un libro sobre microtareas, crowdsourcing y gamificación

Short Stories About Tiny Tasks. Microtasks, crowdsorcing and gamification (Microtask, 2012) es un libro editado en Tampere (Finlandia) por los miembros del proyecto Microtask.

Como explica el título, recoge un número considerable de artículos (publicados en el blog del grupo) sobre crowdsourcing, microtareas y gamificación.

El blog de Microtask se puso en funcionamiento a finales de 2009, cuando el concepto de «crowdsourcing» estaba empezando a tomar cuerpo. Desde entonces, han pasado muchas cosas, que han ido documentando en la red y que se resumen en este libro.

Esto quiere decir que Short Stories About Tiny Tasks es una obra que va más allá del proyecto estrella del grupo: Digitalkoot, es decir, la digitalización de las publicaciones periódicas que se conservan en la Biblioteca Nacional de Finlandia. Digitalkoot ha sido todo un éxito, ya que más de 100.000 voluntarios han realizado unos 7 millones de microtareas, poniendo a disposición de los finlandeses todo su patrimonio periodístico on line.

El libro es muy recomendable (166 páginas llenas de ideas inteligentes y reflexiones estimulantes, se abra por donde se abra), está dividido en tres capítulos (crowdsourcing, microtareas y gamificación) y se puede descargar gratuitamente en PDF. Creo que si les pides un ejemplar a info@microtask.com, te lo mandan. Al menos a mí me lo mandaron (y con dedicatoria, qué majos).

Conectivismo y diversidad cultural desde México

En el Tecnológico de Monterrey están lanzando un proyecto que busca crear sinergias entre los postulados conectivistas de George Siemens -que en Grupo Nodos Ele hemos presentado mediante la traducción de Conociendo el conocimiento (2010)- con lo que han dado en llamar «muliculturalismo», es decir, con el intercambio de visisones culturales diferentes.

La persona encargada de coordinar este proyecto basado en las redes sociales es Angélica Santana, que recibe propuestas de colaboración en angelica.santana@itesm.mx:

Morozov contra el mundo. Un reportaje imprescindible sobre el utopismo en la red

El otro día estuve hablando por aquí -y sobre todo en Caos Ordenado Relativo– de un panfleto contra Steve Jobs del bielorruso Evgeny Morozov, que salió como artículo en EEUU y se ha publicado como libro en Italia.

Morozov es uno de los críticos más agudos de lo que llama «utopías tecnológicas», es decir, de la euforia desmedida que está provocando el desarrollo de la red en todos los ámbitos del ser humano, desde la política a la educación.

El programa «Backlight» de la televisión holandesa Vpro le ha dedicado a Morozov un reportaje, que me parece muy original e interesante. El autor aparece en el centro de un panóptico de imágenes y declaraciones sobre internet, que somete a una crítica implacable, una por una.

Son 50 minutos que nadie que esté interesado en estos temas debe perderse, se esté o no de acuerdo (lo importante es la enorme cantidad de reflexiones que nos suscita). Imprescindible:

Lectura aumentada y aprendizaje de lenguas. El caso del periódico «Metro» en Suecia

El periódico gratuito Metro, que nació en Suecia, donde tiene más de millón y medio de lectores diarios, ha lanzado este martes una aplicación de iPhone que incorpora a la lectura funcionalidades de realidad aumentada.

He estado probándola y me parece que puede abrir un camino a la hora de diseñar los libros de ELE del futuro (inmediato).

Metro usa la tecnología PointCloud (desarrollada por la empresa sueca 13th Lab) que es absolutamente intuitiva, ya que sólo hay que poner el dispositivo encima de una noticia o una foto para poder ver vídeos, hacer comentarios, ampliar galerías de fotos, escuchar canciones o puntuar las informaciones (literalmente, cualquier cosa).

Aunque el principio rector es el mismo que el de los códigos QR, esta nueva forma de leer (de enfrentarse a los textos, en general) es directa; por ejemplo, es posible ver el vídeo de una entrevista que se publica en el periódico poniendo el iPhone encima de la foto. No hay saltos ni tediosos intermediarios de red.

En este vídeo se ve un poco cómo funciona la aplicación, aunque no da una idea cabal de lo útil que puede ser para el aprendizaje de idiomas (en mi caso, ya lo es para el sueco):

http://youtu.be/eAzDspJvMgU

Update: Es muy posible que Metro extienda esta tecnología a otros países en los que está presente, como, por ejemplo, España. Estaremos atentos.

Morozov contra Steve Jobs. Un magnífico panfleto delirante

Tengo la impresión de que en España se conoce poco a Evgeni Morozov (Bielorrusia, 1984). No me suena que se haya traducido The Net Delusion: The Dark Side of Internet Freedom, y pocas veces lo he visto citado en los medios, a pesar de su visibilidad en la prensa (anglo)sajona.

Morozov es un cafre inteligente, uno de esos tipos que conoce bien las dictaduras (como la que aún se mantiene en su país de origen), y que, por tanto, sabe que cualquier cosa puede usarse con fines totalitarios. De hecho, su interés fundamental se centra en el uso totalitario que se contiene en las nuevas tecnologías.

El año pasado irrumpió como elefante en cacharrería, denunciando, con una agudeza e inteligencia notables, «los engaños de la red», que fue como tradujo el título de su libro Luis M. Alonso, en un magnífico artículo que se publicó en La Nueva España, y que es lo único de interés que conozco sobre Morozov en nuestro idioma.

No voy a hacer un recorrido por las polémicas que Morozov ha ido levantando en estos meses. Pero me gustaría llamar la atención sobre un ensayo larguísimo y delirantemente estimulante (de hecho, en Italia se acaba de publicar como libro exento) que salió a mediados de marzo en The New Republic: «Form and Fortune. Steve Jobs’s pursuit of perfection—and the consequences», y que es un ataque furibundo contra la filosofía de Steve Jobs y la «religión de las apps».

A mí el ensayo me parece un alegato socialistoide al estilo de otro conocido «pensador» poscomunista (Zlavoj Žižek). Antes o después, el mundo se cansará de Morozov, como lo ha hecho de Žižek, que se ha convertido en una caricatura de sí mismo; pero mientras tanto el furibundo ataque del bielorruso a la «falsa religión» del intocable iGod no puede pasar desapercibida. Como una abeja especialmente punzante que se esfuerza en agujerear la piel de un buey (al que le bastará un movimiento de la cola para tumbarla).

No voy a hacer una crítica del ensayo, simplemente voy a dejar aquí algunas citas reveladoras del mismo, para dar una idea del interesantísimo disparate, que recomiendo encarecidamente.

  • El «platonismo industrial» de Jobs. Forma y esencia se confunden en conceptos como «perfección» y «pureza»:
  • Neither Jobs nor Ive tells us exactly what he means by “pure,” […] It appears that “pure” products exhibit a perfect correspondence between their form and what both Jobs and Ive refer to as their “essence.” […] It is a kind of industrial Platonism. […] Pure products are born, not made; any visible signs of human assembly—say, screws—would make it hard to believe in the higher integrity, the perfection, of the product.

  • El reino de Jobs no es de este mundo:
  • The idea that the form of a product should correspond to its essence does not simply mean that products should be designed with their intended use in mind […] No matter how trivial the object, there is nothing trivial about the pursuit of perfection. On closer analysis, the testimonies of both Jobs and Ive suggest that they did see essences existing independently of the designer—a position that is hard for a modern secular mind to accept, because it is, if not religious, then, as I say, startlingly Platonic.

  • La falsa revolución de Apple:
  • Apple’s most incredible trick, accomplished by marketing as much as by philosophy, is to allow its customers to feel as if they are personally making history—that they are a sort of spiritual-historical elite, even if there are many millions of them.

  • La tecnología Apple y el mito de la caverna de Platón. Una metafísica de la modernidad totalitaria:
  • Jobs’s most impressive achievement was to persuade the shackled masses that they could see the Platonic forms without ever leaving their caves. Marketing—with its shallowness and its insidious manipulation of the consumer—would normally be relegated to the inferior realm of appearances, but it took on a different function in Jobs’s business metaphysics: it played the gospel-like role of showing us the way to the true, natural, and pure products that have not yet been spoiled by the suffocating and tasteless ethos of faceless corporations such as IBM and Microsoft.

  • La dictadura de las aplicaciones:
  • Apple’s embrace of the “app paradigm”—whereby activities that have been previously conducted on our browsers shift to dedicated software applications on our phones and tablets—may be destroying the Internet in much the same way that the automobile destroyed the sidewalks and the playgrounds […] The total and exclusive focus on the tool at the expense of its ecosystem, the appeal to the zeitgeist that downplays the producer’s own role in shaping it (“whatever happens is … ”; “feeling the direction”), the invocation of the idea that technology is autonomous (“these things take on a life of their own”)—these are all elements of a worldview that Lewis Mumford, in criticizing the small-mindedness of those who were promoting car-only travel in the 1950s, dubbed “the bankruptcy of social imagination.”

    También en Caos Ordenado Relativo

    Abundance. The Future is Better Than You Think (2012) de Diamandis & Kotler

    Le he echado un vistazo a otro de los libros de los que más se está hablando en 2012: Abundance: The Future Is Better Than You Think (Free Press), una especie de diálogo entre Peter Diamandis y Steven Kotler.

    Quien me conoce sabe que abomino del buenrrollismo vacuo (hay mucho tonto solemne disfrazado de guru haciendo caja a costa de la ingenuidad o la pillería de más de algunos/demasiados), pero nunca estaré cerrado a una tesis optimista bien fundamentada.

    En este libro, los autores -sobre todo Diamandis, fundador de Singularity University, una especie de campus de excelencia de Silicon Valley (chúpate esa)- argumentan de forma convincente en favor de su tesis:

    el desarrollo tecnológico está mejorando a pasos de gigante las condiciones de vida de los seres humanos presentes y futuros.

    En líneas generales, hay 4 ideas fuerza en el libro, que contiene numerosos ejemplos ilustrativos, a veces demasiado técnicos:

    • la tecnología está creciendo de forma exponencial, los tiempos se están acortando. De esta forma, los avances en informática, energía, medicina, educación etc. van a estar entre nosotros antes de lo que pensamos. Estamos en una carrera de aceleración que está cambiando nuestras vidas de forma imparable.
    • todo este inmenso desarrollo teconológico va en la dirección del DIY (do-it-yourself). La tecnologia es igual de accesible y barata para un adolescente como para un magnate de Silicon valley. Cualquier persona puede cambiar el mundo desde su casa, sin apenas inversión económica. Lo único que necesitamos es tener una idea o un proyecto. En eso consiste la abundancia, en la facilidad para hacer que esa idea o proyecto se extienda exponencialmente si así lo quieren los usuarios.
    • La rancia idea de solidaridad (es decir, de que el Estado le robe dinero al ciudadano para dárselo a unos tiranos que se lo quedan en el bolsillo) está dando paso a una vuelta a la idea liberal tradicional de filantropía. La gente está dispuesta a dar dinero para aquellos proyectos en los que cree (Flattr, IndieGogo…), permitiendo que una enorme cantidad de individuos y grupos se financien con aportaciones voluntarias. Lo mismo vale para las aportaciones billonarias de gente como Bill Gates como para el euro que uno en aporta en IndieGogo con el fin de que un grupo de música siga en activo.
    • los datos muestran que la Humanidad está reduciendo drásticamente la pobreza. En esta parte se refiere al famoso «rising billion», es decir, a esos 1.000 millones de personas que están mejorando en este momento de forma radical sus condiciones de vida gracias a las nuevas tecnologías. Poco a poco estas personas entrarán en el círculo virtuoso de la abundancia.

    La verdad es que leer páginas tan bien argumentadas y documentadas supone un auténtico antidoto ante tanto idiota de la catastrofe como está apareciendo últimamente. Un libro imprescindible:

    Por lo demás, la web es simplemente fabulosa, y el canal YouTube también.

    También en Caos Ordenado Relativo