«Vamos a cambiar el mundo«. Esa es la frase con la que se presenta la iniciativa Purpos/ed[ES].
«Somos personas normales y corrientes«. Esa es la primera frase que encuentras en el manifiesto de ¡Democracia real ya!, que impulsó las ya famosas manifestaciones del #15m.
Estés más de acuerdo o menos con cada una de estas iniciativas, seguro que te preguntarás qué diferencia el éxito que ha tenido una con el recorrido que lleva la otra. ¿Por qué el #15m ha corrido como la pólvora, como si de un video de youtube se tratase, y Purpos/ed[ES] apenas ha tenido repercusión fuera del gremio educaTICvo? ¿Por qué no llega esa esperada revolución educativa que ponga en jaque al sistema mismo, o que al menos lo asuste, como está ocurriendo ahora en España? ¿Dónde está la clave? ¿Quizá en quién promueve la revolución? ¿O en qué es lo que busca realmente? Estando a las puertas de unas elecciones, ¿tan poco importante es la educación que nuestro voto no sirve para exigir un cambio en el modelo educativo?
Si después de más de una década buscando el cambio necesario en educación ha pasado nada, si después de repartir portátiles por los colegios e institutos de media España no ha cambiado nada, si la Consejería de Educación de turno ha invertido decenas de miles de euros en formación del profesorado y seguimos en las mismas, si llevas una pegatina de edupunk en el portátil pero sigues poniendo exámenes y preparando a tu alumnos para selectividad… ¿no hay algo que no funciona?
Yo lo veo claro, y tengo otra razón más para sumarme al #15m. Una que no aparece en las pancartas que ves en la calle hoy, pero que es mucho más importante.
N.B. Ni que decir tiene que esta es una postura personal que no puede ni debe adscribirse a nodos_ele. Probablemente Lola y Emilio piensen diferente, o no. Eso es lo bueno, y por eso sigo colaborando con ellos.