¿Qué sería de nosotros sin los escépticos y los tecnófobos, sin aquellas personas que identifican redes sociales con aislamiento social? ¿Y qué sería de ellos sin nosotros, los tecnófilos? Ellos nos leen la cartilla y nos bajan del guindo.
Confieso mi simpatía por el otrora «digerati» Clifford Stoll, que en 1995 publicó en Newsweek un precioso artículo ya clásico titulado «The Internet? Bah!». Su amplia visión del futuro produjo párrafos como el siguiente:
«Visionaries see a future of telecommuting workers, interactive libraries and multimedia classrooms. They speak of electronic town meetings and virtual communities. Commerce and business will shift from offices and malls to networks and modems. And the freedom of digital networks will make government more democratic.
Baloney [Chorradas]. Do our computer pundits lack all common sense? The truth in no online database will replace your daily newspaper, no CD-ROM can take the place of a competent teacher and no computer network will change the way government works.»
Desde luego, la página web de Cliff Stoll es toda una declaración de intenciones. Me gusta su coherencia, y me parece injusto que lo estén meneando a gusto los cuatro listillos de siempre. El artículo completo no tiene desperdicio y en muchas cosas tiene toda la razón; siempre será mejor un escéptico inteligente que un bloguero indocumentado.