Recuerdo bien cuando empezaron a hablar de Moodle 2.0. Llevábamos tiempo metidos en eso que llamábamos la Web 2.0 y no podíamos menos que comparar lo que podíamos hacer con Moodle, un LMS de lo más avanzado, pero ridículo al lado de las posibilidades de aprendizaje de la red abierta. El clamor cuajó en el debate LMS vs. PLE, sobre todo a partir de la segunda edición del CCK.
Moodle necesitaba un lavado de cara, y a finales de 2010, y después de una larga espera (los que estuvimos en la Moodlemoot de 2009 ya vimos versiones más o menos definitivas) nos encontramos con una plataforma de gestión del aprendizaje que, lejos de salvar los obstáculos que se planteaban, redunda en los errores que ya conocíamos. Es probable que muchos no estéis de acuerdo, y será probablemente porque entendáis lo que significa enseñar y aprender de forma distinta a como yo lo hago. Por eso, y para los que estéis en sintonía con lo que aquí escribimos normalmente, os dejo cinco consejillos que seguir para sacar provecho de Moodle 2.0.
- Olvídate de los blogs en Moodle. No sirven para nada. Pese a ser una de las características estrella de Moodle 2.0 (junto a la larga lista de especificaciones técnicas y dirigidas a los gestores -no a los docentes ni a los discentes-), Moodle no puede competir con servicios como Blogger o WordPress. El sistema de comentarios es horrible, la sindicación es una ilusión, la personalización del contenido sigue siendo muy pobre… No lo dudes, los blogs fuera de Moodle.
- Dale una apariencia diferente. Instala una plantilla (o pide que te la instalen) que sea distinta. Todos sabemos que el aspecto visual de Moodle no es probablemente uno de sus fuertes, y menos si trabajas con pequeños. Si tus alumnos tienen menos de 10 o 12 años directamente olvídate de la plataforma: te lo agradecerán. Si son más mayores, utiliza una plantilla tipo facebook. Quizá consigas tenerlos entretenidos un rato hasta que se den cuenta del engaño.
- Olvídate del control. La evaluación mata, y en ocasiones también hace perder el tiempo dándole vueltas a herramientas de calificación. Aunque todavía existe cierta obsesión acerca de la necesidad de que los LMS nos faciliten la
evaluacióncalificación de nuestros alumnos, yo esperaba que Moodle 2.0 fuera en la dirección contraria, y no redundara en este tipo de «utilidades». - Utiliza los foros, el glosario, la wiki, el calendario y los paquetes scorm… si lo necesitas. Te servirán para gestionar más o menos los contenidos y generar discusiones entre los alumnos, pero nada que no puedas hacer mil veces mejor combinando las herramientas de Google con un blog que centralice la marcha del curso. A no ser que quieras llevar un control exhaustivo de la actividad de tus alumnos: si algo funciona bien en Moodle son las herramientas de control. Si quieres saber cuánto tiempo han estado conectados tus alumnos o qué páginas del curso han visitado, Moodle es tu aliado perfecto. Los paquetes SCORM te ayudarán también a presentar contenido a tus alumnos y a hacerles preguntas sobre el mismo.
- Busca la complicidad de los usuarios. Sólo con ellos (y con sus familias, en el caso de trabajar con menores) conseguirás vencer dos de las barreras fundamentales que hacen que muchos profesores usen Moodle como plataforma central para el desarrollo de su trabajo en la red, a saber, el miedo a perder el control (de la actividad de los alumnos, de los contenidos que publican,…) y el problema de la privacidad (adultos que piensan que poner tu nombre en internet es como poner el número de tu tarjeta de crédito a disposición de cualquiera, o familias que piensan que hay un corruptor de menores detrás de cada clic).
Como ves, parece el dilema sigue en pie, y el planteamiento de Dougiamas continúa más vigente que nunca… Aunque el tiempo juega en favor de un claro ganador. Se admiten apuestas.
Acabo de hacer un curso del I.C en moodle y tengo el tema calentito. La primera semana de curso el foro – el «alma» de moodle, como dice su creador – era un hervidero de mensajes con «problemas técnicos» tipo: «no sé cómo se descargan los materiales» o «se me cierran las ventanas» o «no se graban mis calificaciones». Esta última era la mayor preocupación de todo el mundo: que se graben bien mis pasos por el curso, para que se vea lo que he trabajado.
El curso ha sido un aburrimiento, sin ningún tipo de debate constructivo más que miles de intervenciones para decir «estoy de acuerdo con mi compañero».
Pero no creo que el problema esté en el medio – moodle en sí es un poco lioso para un novato y estéticamente feúno, pero no es más que una plataforma para gestionar cursos cerrados/privados-. El problema, para mí está en el modelo de muchos cursos online en sí. Por poner algunos ejemplos, lo que se llama parte «multimedia» no suele aportar nada que no se pueda leer en los contenidos imprimibles- y viceversa-, así que ¿para qué sirve?. Las actividades de autoevaluación son tan facilonas que se pueden hacer casi sin leer los temas. ¿No se pueden diseñar tareas más interesantes, que de verdad sirvan para ver si se sigue o se comprende el contenido del curso? Y sobre todo, sobre todo, tiene que haber un buen tutor/moderador/agitador de foros. Si no, el curso es una auténtica patata.
Hago extensible la crítica a este tipo de cursos a la otra variante que conozco: el máster online de ele de una conocida universidad privada. Hubo muy pocas asignaturas que funcionaron realmente online, esto es, con discusiones en los foros, con propuestas interesantes, con un uso inteligente de las herramientas…
Al final del curso del cervantes había que hacer un trabajo en grupo. Los del mío nos reunimos a través de skype…
¡Saludos!
Lo que David viene a decir es lo que ya sabíamos, que Moodle no sirve para nada, excepto para controlar a los pobres estudiantes/usuarios.
Ya que Isa cuenta su experiencia (que comparto al 100%), contaré yo la mía. Cuando tengo que usar Moodle me alegro mucho, porque marcando las casillas al azar se saca siempre entre el 60% y el 90%.
En unos minutos se supera el engorroso trámite (no se trata de aprender nada, sino de superar un trámite para obtener un papelito o similar), de modo que se dispone de más tiempo libre para ponerse a hacer cosas útiles de verdad, con herramientas libres y abiertas.
Moodle es una aberración, propia de haber sido inventada por el Dr. Hansimian.