Como comentaba hace un post, el viernes pasado estuve en la Moodlemoot Euskadi 2009, con Luis Soldevila y José Abellán, compañeros de viaje en hablapalabra, un curso que hemos desarrollado en CTY España a partir de la ecuación Moodle + conectivismo + niños de 10 años. Más tarde me detendré a hablar de la acogida del proyecto. Ahora hablemos de la Moodlemoot en sí.
La Moodlemoot Euskadi 2009 se desarrolló en una sola jornada, en la que se celebraron una conferencia (Anibal de la Torre), 24 talleres simultáneos (en dos salas, con unos 15 minutos por taller) y dos talleres finales, simultáneos también (un underconference para profesores de euskera y un taller de Mahara). A nadie se le escapa que se trata de demasiado contenido para muy poco tiempo (10 horas con cafés y lunch duró el sarao). De hecho, esa fue la única crítica que se puede hacer a la organización que, por lo demás, estuvo impecable. Las estupendas instalaciones (el CRAI de Deusto) ofrecían wifi a mansalva, lo que permitió twittear durante toda la jornada (#mooteu09), y cuando hizo falta, la organización dispuso el material necesario para que los que nos estábamos quedando sin batería en el portátil pudiéramos enchufar nuestros equipos. Un diez.
Ahora bien, cuando me pongo a pensar en los talleres a los que pude asistir, no puedo más que acordarme del debate que se generó paralelamente y vía twitter en el I Encuentro Andaluz de Blogs Educativos: el de herramientas vs. metodologías. Como en el artículo de El País -del que, por cierto, tampoco se ha hablado mucho, con lo pobre que es- podríamos acudir a la manida frase de que los ordenadores no enseñan por sí mismos para decir que Moodle, como código de ceros y unos, no tiene valor ninguno para nosotros los docentes. Y desde mi perspectiva, eso es lo que se olvidó en la Moodlemoot, sobre todo en los talleres de la mañana, donde se supone que íbamos a hablar de pedagogía y no a enseñar nuestras pantallitas de las respectivas aulas virtuales (que, de otro lado, son todas casi iguales).
¿Qué evidencia esto? Pues que la comunidad Moodle que acudió al evento está más preocupada de insertar módulos, temas y tests en sus aulas virtuales que de pensar qué quieren hacer con sus estudiantes y sobre todo, por qué lo quieren hacer así (más allá del manido «aprender compartiendo» que, a la hora de la verdad se convierte en polvora mojada). En definitiva, y aunque se escucharon algunas cosas muy interesantes, parece que la gente iba más a enseñar y ver -los dos de los verbos más usados por Anibal de la Torre durante la conferencia inaugural- que a aprender y mostrar.
La pregunta es: ¿por qué ocurre eso?