Los de Nodos Ele estamos terminando la traducción definitiva de Conociendo el conocimiento [Knowing Knowledge] de George Siemens.
Nos gustaría que estuviera antes de que empiece la segunda edición del curso sobre «Connectivism and Connective Knowledge», el 14 de septiembre.
En uno de los epígrafes del libro, el autor contrapone las figuras del profesor como científico y como artista: «Scientist versus Artist» (pp 107-108). La traducción me ha quedado un poco demasiado «lírica» -ya la puliré más adelante:
La pregunta importante cuando tratamos de conocimiento y educación es: “¿Hay pruebas evidentes de eso?”. La evidencia en este caso se define casi siempre de un modo empírico (científicamente). ¿Cuál es el Beneficio de la Inversión (BDI)? ¿Dónde quedan la magia y la belleza? La evaluación empírica del conocimiento, ¿es la única opción de que disponemos?
Es importante comprender y evaluar el impacto de la formación y el aprendizaje, pero la evaluación debe ir más allá de un simple cálculo económico. Desgraciadamente, son los “científicos del aprendizaje” los que llevan la voz cantante en el terreno educativo. A los artistas no se les escucha.
El papel de los científicos es el de determinar los mejores enfoques de los descubrimientos en el campo del conocimiento, la creación, y la diseminación (mediante investigaciones empíricas y análisis cuantitativos y cualitativos). ¿Cuál es el papel del artista (o, en un sentido más amplio, de la creatividad) en el terreno de la educación?
El artista es el individuo que sabe ver la magia en el aprendizaje. Los artistas no saben exactamente porqué funciona bien algo, pero son capaces de constatar (e incluso, sentir) que los aprendientes están cambiando, creciendo y desarrollándose. El artista del aprendizaje encuentra la belleza en el diálogo, en la interacción, en las conexiones que se forman entre lo que se conoce y lo que se está empezando a conocer. El artista ve (y acepta) la belleza del azar y de la incertidumbre, y valora el aprendizaje como proceso y como producto. Mediante la creación de un entorno de aprendizaje, el artista esparce la magia del aprendizaje por todos los espacios del lienzo de la vida. Usa las herramientas como pinceles para crear el deseado cuadro del aprendizaje.
Necesitamos las voces de los artistas y de los científicos. Ninguno de los dos es necesariamente mejor que el otro. En algunos casos, un asunto requiere una evaluación y un método claramente definidos, un modelo científico. En otros casos (especialmente cuando lo que se persigue es la innovación y la creatividad), se hace necesario el deseo de belleza en el aprendizaje creado por el artista. Ambos, en equilibrio y a través del desempeño de tareas apropiadas, son necesarios para compartir aprendizaje y conocimiento”
Diría que quien no es capaz de ver el componente de azar, belleza, creatividad e innovación del aprendizaje, no se ha enterado de nada. Por desgracia, en nuestra profesión, es un tipo que abunda.