La forma condiciona el contenido

ecomillas091Uno de estos días postearemos sobre el Encuentro ELE, que organizó la Fundación Comillas, a mitad de noviembre, sobre “Las Tecnologías de la Información y de las Comunicaciones en la enseñanza y el aprendizaje del Español como Lengua Extranjera“, y en el que participamos con una mesa redonda.

La organización fue excelente y el trato magnífico; sin embargo, el Encuentro en sí, a pesar de que contaba con los mejores mimbres -lugar, tiempo, participantes, tema-, fue en mi opinión decepcionante.

Puede haber varias razones para ello, pero me gustaría llamar la atención sobre el espacio físico del encuentro. Los intervinientes estaban subidos a una tarima, detrás de una mesa, como si estuvieran en un altar, mientras el público, escaso, escuchaba bastante por debajo del estrado, y sufría el habitual «sorteo de micrófono» de la asistente de turno, si al final quedaba tiempo para hacer alguna pregunta en plan ping-pong. Este formato condiciona todo lo que se haga, y no permite un diálogo igualitario ni fluído; al contrario, refuerza la dicotomía actor/espectador, que se intenta compensar con las habituales pausas de café o comidas. Un «encuentro» requiere de un espacio y una dinámica diferentes.

De este tema hemos tratado ya alguna vez en Nodos Ele -por ejemplo, aquí, y sobre todo en una estupenda entrada de Victoria Castrillejo sobre Educamp Berlín 08. Mi impresión es que las iniciativas innovadoras siguen viniendo de fuera del sistema, mientras las instituciones académicas repiten ad nauseam un modelo jerarquizado que no favorece en sí mismo el diálogo, la discusión, la crítica, o el debate.

Sebastian Fiedler incide sobre lo mismo con ocasión de un reciente simposio sobre… “Same places, different spaces” (tela marinera)

6 comentarios en “La forma condiciona el contenido

  1. Juan M. Fernández

    Te entiendo perfectamente e iría todavía más allá: ¿tienen sentido hoy en día este tipo de jornadas, congresos, etc.? No hace demasiado servían para que gente con unos mismos intereses, miradas similares, intercambiaran ideas, puntos de vista, experiencias. Pero, ¿no hacemos hoy esto a través de twitter, blogs, facebook y demás redes sociales? Más allá del «hacer curriculum» no le veo el sentido (ojo, no digo que estuvierais allí por este motivo) y tal vez haya llegado el momento de plantearse otros modos de debatir: abrir los blogs a invitados, grupos de facebook…

    En una reciente charla con el colectivo de escritores Wu Ming se lamentaban de estos actos en los que la interacción era limitadísima frente al blog que abren con cada novela donde el diálogo es fluido, el intercambio continuo.

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  2. Margarita Valdeón

    Pues yo no estoy de acuerdo contigo en absoluto, Emilio. Sí, en cambio, lo estoy con tu compañero de mesa redonda, David Vidal, cuando dice del encuentro: «Fue, sin duda, el evento más plural -en cuanto a perfiles y presentación de propuestas- que se ha celebrado hasta ahora en nuestro país».

    Por otro lado, cuando dices que «el público (…) sufría el habitual “sorteo de micrófono” de la asistente de turno, si al final quedaba tiempo para hacer alguna pregunta en plan ping-pong», yo estuve allí y puedo constatar que el formato que, en tu opinión, «no permite un diálogo igualitario ni fluído», lo impusisteis vosotros mismos, quiero decir, los ponentes, desde el inicio de la mesa redonda. No queríais que fuera una mesa redonda convencional sino aquella en la que participara quien quisiera desde el principio. Y así lo manifestasteis:
    -«Ya os dais cuenta de que esta no es una mesa redonda como las anteriores…»
    -«Nuestra idea es que traer tres presentaciones y soltar cada uno un rollo era menos interesante…»
    -«Aquí no hay nada organizado en el sentido de que esta pregunta es tuya…»
    – «La idea que teníamos era dar ciertas respuestas a inquietudes…»

    En fin, Emilio, que la mesa redonda fue lo que vosotros quisisteis que fuera y el «sorteo de micrófono» fue impuesto por vosotros. Nada más.

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  3. David Vidal

    Margarita…. a mí me da la impresión de que las palabras de Emilio no están para nada reñidas con mi opinión sobre el encuentro, sino que más bien se complementan. Recuerdo haber hablado con él acerca de la excelente selección que Joaquim Llisterri había hecho de entre todo el panorama TIC en ELE, ya que estábamos todos representados -de ahí lo plural. Eso no quita, sin embargo, que existan otros formatos de encuentro entre profesionales que, huyendo del formato «mesa redonda» -que fue el imperante en TODO el Congreso, dieran lugar a un intercambio y un trabajo más ricos.

    De hecho, si lo piensas, aunque no hubiéramos querido -que no queríamos- el formato actor/público venía impuesto, ya que vosotros no colaborasteis nada en romperlo, a pesar de nuestra declaración de intenciones inicial. Más al contrario, queríais que os contásemos cosas, apenas interrumpisteis -sólo cuando alguien se vio más o menos «atacado» en su orgullo docente-, y más que un diálogo aquello no fue más que otra (triste) mesa redonda… De nuevo, vuelven las creencias y los espacios de diálogo / aprendizaje tradicionales…

    Las conferencias no están para que los espectadores escuchen, sino para los conferenciantes (se) hablen. Igual que las aulas no están para que el alumno aprenda, sino para que el profesor (se) cuente.

    Espero que al menos (nos) dijéramos algo interesante…

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  4. Jaume Batlle

    Es curioso que el espacio comunique tanto, ¿verdad? Al fin y al cabo, también comunica el hecho de que haya un «programa» con conferenciantes, ponentes y temas, comunica un power point o cualquier tipo de presentación al uso y comunica, sobre todo, el espacio, sí.

    Fue una auténtica lástima no poder asistir al Encuentro del que discutís, pero me da la sensación de que todos estos aspectos que provocan la creación de roles «institucionalizados» o «institucionalizantes» -caso de la docotomía entre actor/espectador-, que están incorporados a la ritualidad cultural desde tiempos inmemoriales, son inherentes a nuestro sistema. Ahora bien, romper con esos moldes es una propuesta más que digna, yo diría necesaria, al menos para acercarnos de manera presencial a lo que nos aporta la sociedad red (interesantísimo post el de Emilio glosando el papel del profesor según Downes y Siemens).

    Con todo ello, ¿qué problema podría haber en que los ponentes se sentaran entre el público para llevar a cabo la sesión y esta misma se fuera creando a partir de lo que se aporta tanto por los ponentes mismos como por los participantes? ¡Ojo! pregunto… Me he levantado hoy con sombras y luces 😉

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  5. Margarita Valdeón

    Pero, David, para hablarNOS, contarNOS y decirNOS, al menos uno de los interlocutores debe provocar la atracción del otro si quiere que este otro intervenga. Es decir, debe aguijonearle lo suficiente como para provocar su atención y, consecuentemente, sus ganas de intervenir.
    ¿No sería, más bien, que a vosotros os faltaron los recursos, la capacidad para sugerir las intervenciones y los diálogos que buscabais? Sinceramente, no creo que fuera un problema de formato.

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