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Mozilla open badges entra en fase alfa

Mozilla Foundation sigue trabajando en un sistema de acreditación mediante insignias, basado en entornos de aprendizaje abiertos («assessment in open peer learning environments»).

En septiembre del año pasado traté sobre este tema en Blog Nodos Ele, en un post en el que comentó Fernando Santamaría, que lo conoce bien.

Erin Knight es una de las desarrolladoras de este proyecto, que pretende ser una forma alternativa de acreditación que supere los sistemas de evaluación tradicionales en el ámbito educativo.

Erin ha publicado un post reciente en el que propone un sistema de 3 grados, basado en destrezas, niveles y granularidad. Se trataria de un «3 T´s of badge system design» (tipos, toques, tecnología), en fase alfa:

  1. Skill badges. Se basa en el desarrollo de destrezas sometidas a revisión entre pares. La insignia se obtiene después de completar un «learning challenge».
  2. Participation badges. Se basa en todo tipo de participación en eventos. La insignia la otorga el organizador del evento.
  3. Achievement badges. Se basa en la adquisición de logros que resultan en productos que se comparten con los demás. La insignia se obtiene mediante la culminación de proyectos abiertos.

Erin trata también de los aspectos tecnológicos, que pueden estar integrados en entornos de aprendizaje predeterminados, o no. Y de cuestiones de «rating».

No está mal repetir que estamos en un diseño en fase alfa. Seguiremos atentos.

Un himno edupop para el «cloud computing»

Fin de semana. La facción yeyé de NodosEle sigue aportando canciones a su tracklist de «himnos edupop» (no perdérsela).

Como por aquí vivimos en la nube (y en las nubes), y apenas usamos herramientas de escritorio, hemos añadido esta gran versión (toma remixado de contenidos) del «Get Off Of My Cloud» de los Rolling Stones. El cover es de Sonia (1964), y lo adoptamos como himno edupop del «cloud computing». La canción tiene 3 partes:

  • la del detergente. Sonia se muestra firme partidaria del software libre.
  • la del astronauta. Sonia se muestra firme partidaria de la libertad y la neutralidad de la red. Internautas v. austronautas de la Sgae.
  • la del que llama por teléfono. Sonia vive en «lifestreaming», como debe ser.

La conclusión está clara: «Eh, tú, tú te puedes largar / porque yo quiero solo estar aquí en mi nube»:

http://youtu.be/NwCmF4dImSo

Para el lunes, David promete abundar en una de las más acendradas tradiciones de NodosEle: meterse con esa estafa educativa llamada Moodle. Estaremos atentos. por aquí

Neerlandés y galletas de jengibre

La lengua neerlandesa tiene pocos hablantes, no es precisamente bonita (demasiado gutural, para mi gusto) y su utilidad es discutible (update: vamos, me parece a mí). Quizá por esto la comunidad neerlandófona (incluyo a Flandes) cuida tanto su idioma, que consideran como patrimonio intrínseco a su identidad.

Con la afluencia de inmigrantes a los Países Bajos han surgido un montón de iniciativas para integrar a la nueva población. La más reciente se llama Kletskoppen (galletas de jengibre) y consiste en una especie de voluntariado de la lengua que pone en contacto a personas que quieren mejorar su holandés con personas nativas que quieren conversar con ellos para ayudarlos (no sólo con la gramática, sino también con aspectos prácticos de la vida en Amsterdam).

Aprendizaje informal, ayuda voluntaria, café y galletas. ¿Alguien da más?:

Amsterdamse Kletskekoppen from Gilde Amsterdam on Vimeo.

Siemens se aburre (y nosotros también)

[Ilustración: Pintachan]

Tenía pensado hacer un post sobre la última y magistral entrada de George Siemens este martes: «Questions I’m no Longer Asking». Afortunadamente, David Alvarez se me ha adelantado, de modo que les remito a su blog [e-aprendizaje]: «Cuestiones que ya no nos interesan…».

En efecto, hace tiempo que algunos simplemente ni nos planteamos determinadas cuestiones: la autonomía del estudiante, la estafa de la evaluación, la necesidad del caos para aprender, la evidencia de la conectividad, la naturalidad de la apertura y el intercambio («sharismo») etc…

Hace bien Siemens en dejar claro que no piensa contestar a más chorradas sobre estos temas, que resume en varios puntos (modifico mínimamente el resumen de Alvarez), que ya cansa seguir explicando:

  • Los estudiantes deben tener el control de su propio aprendizaje. Los educadores podemos guiarlos o ser intermediarios, pero el aprendizaje significativo implica una actividad impulsada por el que aprende.
  • Los estudiantes necesitan experimentar confusión y caos durante el proceso de aprendizaje. Aclarar(se) ese caos es el objeto del aprendizaje.
  • La apertura de los contenidos y la interacción aumentan las conexiones aleatorias que impulsan la innovación.
  • El aprendizaje requiere tiempo, pensamiento crítico y reflexión. La ‘ingestión’ de nueva información requiere tiempo para ‘digerirla’.
  • El aprendizaje es aprendizaje en red. El conocimiento está distribuido.
  • La creación es vital en el aprendizaje. Los alumnos tienen que crear artefactos para compartir con los demás y para ayudar a dirigir su exploración más allá de los artefactos que el educador les ha proporcionado.
  • Dar sentido a la complejidad requiere de sistemas sociales y tecnológicos.

Quien quiera perder el tiempo cerrando contenidos, intentando evaluar o controlar, pensando que el caos no es parte del proceso de aprendizaje, etc., es su problema. La realidad va por otro lado.

De placebos, aprendizaje, libros de texto y paratextos

El otro día hablaba con Juanma Higuera en TEDXAlvik del uso de manuales en clase de lengua extranjera.

Depende del contexto, pero no tengo nada en contra del uso de libros de texto como forma de anclaje, ya que en mi opinión el aprendizaje no se produce en el centro sino en los márgenes, no en el texto sino en el paratexto.

«El valor del contenido está en otra parte: el texto propone, el paratexto dispone» es el post que ha publicado el siempre estimulante Pablo Mancini (que suele tratar de temas periodísticos, pero de una forma tan «radical» que de lo que escribe se derivan siempre un montón de reflexiones de aplicación diversa). Mancini se hace eco de Show Sold Separately. Promos, Spoilers, and Other Media Paratexts, libro en el que Jonathan Gray se centra en el estudio de «los paratextos: publicidades, adelantos, trailers, entrevistas, foros, redes sociales, noticias, reseñas y objetos que comodelan medios y mensajes, producción y distribución, sentido y valor». Por ejemplo, los extras de los DVD, los títulos de crédito en» Los Simpons», o la disposición de las viñetas en «Batman».

En una ecología de aprendizaje adaptativa hay que tener en cuenta los contextos. En ese sentido, me da igual trabajar con manual, sin manual, unplugged, de forma invisible, visible o mediopensionista, siempre y cuando la ecología sea coherente y entienda que se crean marcos periféricos adecuados para la construcción de sentido. Esos marcos conceptuales están en los márgenes, en el paratexto. Por lo demás, la elección del manual (siendo poco relevante) no la baso en el enfoque ni en el currículo, sino en los paratextos que implícitamente contenga.

Como profesional, una de mis funciones es detectar en lo posible estos hechos de los que el aprendiz no tiene por qué ser consciente. El léxico de una lengua, por ejemplo, no se aprende con listas de palabras, pero los estudiantes se pasan horas haciéndolas (para nada, porque son inútiles); yo no voy a explicarles eso ni voy a prohibirles nada, sino que intentaré usar esa dinámica para que se produzca el aprendizaje en los márgenes de la elaboración de esa lista, en su paratexto.

El constructivismo, el enfoque por tareas sirven como marcos de referencia para el verdadero aprendizaje, que se encuentra fuera, en la paratextualidad y en las conexiones. Los libros de texto son placebos, son como los cristales de los laboratorios, caldos de cultivo para que surja el sentido: tan sólo textos (es decir, nada) que permiten la aparición de paratextos (es decir, de sentido y aprendizaje). Placebos útiles.

La forma condiciona el contenido

ecomillas091Uno de estos días postearemos sobre el Encuentro ELE, que organizó la Fundación Comillas, a mitad de noviembre, sobre “Las Tecnologías de la Información y de las Comunicaciones en la enseñanza y el aprendizaje del Español como Lengua Extranjera“, y en el que participamos con una mesa redonda.

La organización fue excelente y el trato magnífico; sin embargo, el Encuentro en sí, a pesar de que contaba con los mejores mimbres -lugar, tiempo, participantes, tema-, fue en mi opinión decepcionante.

Puede haber varias razones para ello, pero me gustaría llamar la atención sobre el espacio físico del encuentro. Los intervinientes estaban subidos a una tarima, detrás de una mesa, como si estuvieran en un altar, mientras el público, escaso, escuchaba bastante por debajo del estrado, y sufría el habitual «sorteo de micrófono» de la asistente de turno, si al final quedaba tiempo para hacer alguna pregunta en plan ping-pong. Este formato condiciona todo lo que se haga, y no permite un diálogo igualitario ni fluído; al contrario, refuerza la dicotomía actor/espectador, que se intenta compensar con las habituales pausas de café o comidas. Un «encuentro» requiere de un espacio y una dinámica diferentes.

De este tema hemos tratado ya alguna vez en Nodos Ele -por ejemplo, aquí, y sobre todo en una estupenda entrada de Victoria Castrillejo sobre Educamp Berlín 08. Mi impresión es que las iniciativas innovadoras siguen viniendo de fuera del sistema, mientras las instituciones académicas repiten ad nauseam un modelo jerarquizado que no favorece en sí mismo el diálogo, la discusión, la crítica, o el debate.

Sebastian Fiedler incide sobre lo mismo con ocasión de un reciente simposio sobre… “Same places, different spaces” (tela marinera)

El sharismo de Isaac Mao

1015321102_7778e0a266Sharismo: Una revolución de la mente [pdf, trad. esp.]

Estoy entre los que piensan que no tiene sentido adaptar paradigmas predigitales a los nuevos entornos de aprendizaje, y que el humanismo no puede prescindir del conocimiento científico (como no lo hizo el patrón original del Humanismo renacentista). Si hay que elegir, me decanto por tecnólogos que conozcan el funcionamiento real de la mente –Rheingold, por ejemplo- antes que por luditas que inventan teorías mentalistas (Gardner, por ejemplo).

Esto es lo que me pasaba por la cabeza mientras escuchaba a Mario Rinvolucri hablar una vez más de su revolución humanista, que me temo que poco tiene que ver con lo que está pasando en «otros vagones del tren» (por usar su propia terminología). Mientras tanto, desde China llega un interesantísimo ensayo de Isaac Mao (maravilloso nombre) titulado «Sharismo: A Mind Revolution», un texto excepcional que parte de la idea de que compartir está en la naturaleza del ser humano, es decir, en la propia sinapsis neuronal.

Mao presenta el “sharismo” como el “Espíritu de la Era de la Web 2.0” y lo resume en una frase: «Cuanto menos compartes, menos poder tienes»:

Una cultura que no comparte (“non-sharing culture”) nos engaña con su absoluta separación de Espacio Privado y Espacio Público. Hace de la acción creativa una elección binaria entre lo público y lo privado, lo abierto y lo cerrado. Esto abre una brecha en el espectro del conocimiento. Aunque esta brecha tiene el potencial de convertirse en un espacio creativo valioso, la inquietud por la privacidad hace que esta brecha sea difícil de cerrar. No debería sorprendernos que, para sentirse seguros, la mayoría de la gente mantenga lo que podría compartir como privado y adopte una actitud “cerrada”. Tienen miedo de que Internet genere una capacidad de abuso contra la que no puedan luchar solos. Sin embargo, la paradoja es esta: Cuanto menos compartes, menos poder tienes.

He traducido el texto al español porque me parece que -con todo su exceso de optimismo, poesía y abuso del término «social»- se trata de un ensayo verdaderamente inspirador para el tiempo en que vivimos, y desde luego en el ámbito educativo: «Puesto que el sharismo puede mejorar la comunicación, la colaboración y la comprensión mutua, creo que tiene también un lugar en el sistema educativo».

La capacidad de compartir con nuestros estudiantes a partir del respeto a su individualidad va más allá de esa interpretación chata de la dimensión afectiva del aprendizaje tan de moda. Es a partir del respeto al individuo, a su decisión libre de interactuar o no, y de poner en juego estratégicamente su inteligencia conectiva como es posible entender una enseñanza libre de falsos ídolos y que responda a los fundamentos de la naturaleza humana.

    Si alguien quiere discutir la traducción puede hacerlo en este wiki: http://sharismo.pbwiki.com

¿Qué voy a hacer? ¿ordenar los paisajes?

«Aprendizaje emergente. El aprendizaje informal crece en entornos complejos llamados «learnscapes». Hacer «learnscape» engloba tareas como remover obstáculos, sembrar comunidades, aumentar ancho de banda, promover la conversación y hacer crecer las redes»

Desde hace unos meses circula por la red esta idea, que Jay Cross puso en circulación en su momento: «learnscaping», que injerta el concepto de «learning» (aprender) en «landscape» (paisaje). Este vocablo se relaciona con una terminología que se maneja hablando de «learning environments» (entornos de aprendizaje) o de «learning eco-systems» (ecosistemas de aprendizaje) etc…, es decir, que utiliza metáforas «orgánicas» para hablar de participación, colaboración y redes educativas en las que todo está conectado con todo.

Jay Cross considera tres características en los «learnscapes», que traduzco:

  • Aprender es un proceso, no un hecho. Un «learnscape» es el lugar en el que dicho proceso tiene lugar.
  • Los «learnscapes» son ecosistemas de aprendizaje.
  • Un «learnscape» es una ecología de aprendizaje. Es aprender sin barreras.

Al hablar de «ecología educativa» defiende un «aprendizaje informal» orientado a la acción, la colaboración, el coaching y la reflexión, es decir, no relacionado con clases ni cursos. Me resulta muy interesante su comparación entre desarrollar una plataforma de apoyo al aprendizaje informal y el paisajismo de jardín (planificación y cuidado de un jardín).

    Nota: En español ya teníamos esta idea sin darnos apenas cuenta, ya que «aprendizaje» siempre ha tenido en sí misma la noción de «paisaje», algo para lo que en inglés han tenido que crear una nueva palabra. Esto nos puede hacer mirar el vocablo español con nuevos ojos, más allá de las preguntas de Lorca en uno de los poemas de Poeta en Nueva York:

    ¿Qué voy a hacer?, ¿ordenar los paisajes?
    ¿Ordenar los amores que luego son fotografías,
    que luego son pedazos de madera
    y bocanadas de sangre?