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PISA y la lectura digital

Sólo una breve nota sobre este tema en relación con el informe PISA 2012 [PDF], que tanto ruido ha hecho en toda Europa, especialmente en Suecia, donde los resultados han sido considerados como catastróficos.

Una de las habilidades que mide el informe PISA es la comprensión lectora, pero desde 2009 lo hace en sus dos vertientes: en papel y en formato digital, es decir, la capacidad de los estudiantes para buscar, leer, comprender y evaluar la información en internet.

En el caso de Suecia, por ejemplo, se ha desplomado el resultado de la lectura en papel, pero se mantiene alto el de lectura digital, sobre todo entre las chicas. En este blog se analiza el lamentable dato por lo que se refiere a España.

No sé qué relevancia puede tener algo que resulta tan llamativo en el caso de Suecia, pero lo cierto es que la lectura digital (buscar, leer y comprender textos en la red) es una habilidad que se adquiere fuera de la escuela, es decir, que forma parte del aprendizaje invisible que todos desarrollamos en nuestra vida diaria.

Una interpretación muy personal al respecto. Creo que la escuela no debe ser práctica, no debe meter sus narices para echar a perder habilidades -me niego a llamarlas «competencias»- que los chicos desarrollan de forma natural en su propio «lifelong learning». La escuela está para aprender lo intemporal: la filosofía, la lengua, la literatura, el latín…, lo que no ofrece el mundo exterior. Qué estupendo artículo de Santiago Navajas hace unos días sobre la nueva reforma educativa.

La escuela debe ser real, no debe ser una imitación cutre del mundo real. Algo de esto intenté explicar en una entrada anterior.

Aprovecho para recomendar un manifiesto excelente del italiano Nuccio Ordine que acaba de presentarse en su traducción española: La utilidad de lo inútil [Acantilado, 2013]. De lectura obligatoria para la secta de los pedagogos.

Writing on the Wall. Social Media. The First 2,000 Years (2013) o lo digital como vuelta a la tradición

Uno de los libros más interesantes que se han publicado últimamente es Writing on the Wall. Social Media. The First 2,000 Years (Bloomsbury, 2013), de Tom Standage, autor que nunca defrauda, así como de uno de esos blogs imprescindibles que hay que seguir.

Lo cita Manuel Arias Maldonado en sus reflexiones sobre la «retrovanguardia digital»:

En un libro de reciente aparición, el británico Tom Standage, agudo observador de los paralelismos entre nuestra revolución digital y sus prefiguraciones victorianas, sostiene que la erupción de las redes sociales no constituye sino la prolongación natural de una constante histórica: a saber, una polifonía social sólo interrumpida durante la era de la comunicación de masas.

Y es que nuestros antepasados intercambiaban cartas a diario con la misma –o casi– facilidad con la que nosotros intercambiamos correos electrónicos. Naturalmente, esa frecuencia nada dice sobre el interés de los contenidos: no es lo mismo una carta de Cicerón que una nota sobre el noviazgo de un primo hermano. ¡Pero también de primos hermanos está hecha la vida!

Si esta tesis es correcta, el florecimiento contemporáneo de las redes sociales es antes un renacimiento que un fenómeno de nuevo cuño: para más señas, un renacimiento impulsado por la formidable potencia comunicativa de las nuevas tecnologías de la información. Son éstas las que dan rienda suelta y publicidad a una pasión social que, como es sabido, no equivale necesariamente a una pasión cívica: queremos estar entretenidos, pero no comprometidos.

El resumen de Arias Maldonado es impecable. La desaparición de la cultura del consumo significa el fin de un paréntesis histórico, ya que lo tradicional a lo largo de los siglos ha sido la producción e intercambio de contenidos. El desarrollo tecnológico es una vuelta a la tradición histórica, tras un período de producción unilateral y consumismo pasivo.

En este sentido, el libro de Standage es importante, porque argumenta esta tesis con decenas de ejemplos históricos: desde la forma viral en que se diseminaban las cartas en los tiempos de Cicerón (copiadas, anotadas e intercambiadas de mano en mano) hasta los comentarios anónimos que se publicaban en los miles de periódicos que se crearon en el siglo XVIII (en una analogía exacta con el uso de los blogs en el siglo XXI), pasando por la forma en que la nueva tecnología de la imprenta convirtió un «post-it» que puso Lutero en la puerta de una iglesia alemana en un manifiesto que circuló en red por Europa dando lugar a la Reforma protestante.

Recomiendo leer la excelente reseña de Frank Rose en The New York Times (1 noviembre 2013): "Word Travels Fast". Y darle un repaso al facebook del libro porque está lleno de material de primera categoría.

Por mi parte, me gustaría llamar la atención sobre la importancia de este tipo de estudios en el marco de las Humanidades Digitales, ya que nos abren el campo para observar que no estamos ante un cambio de paradigma -lo anómalo ha sido la cultura del monopolio unidireccional basada en los derechos de autor y la restricción de producción y copia cultural-, sino ante la forma tradicional de producir y compartir la cultura a lo largo de la Historia. Las miles de cartas de Unamuno, por ejemplo, trazan una red de conexiones que nos iluminan sobre su obra, al mismo tiempo que nos hablan de la variedad de soportes en que las ideas fluyen, se comunican y se viralizan libremente.

Creo que estamos ante una «vuelta al orden» en el posdigitalismo, una vez superado el primer deslumbramiento. Morozov, Siemens, Standage, Fleischer… y tantos otros autores que vengo comentando en este blog están centrando el debate donde siempre debió estar, en la vuelta a una cultura «sharista», fragmentada, caótica y libre, que es la propia del ser humano y la que siempre ha estado detrás de todo renacimiento cultural.

No se pierdan esta brillante exposición:

«I love the internet. Cos it’s ours». Kevin Barrington o la humana impureza del caos

935082_256814861126059_2037738227_nNo sigo gran cosa la relación entre poesía y digitalidad, aunque de vez en cuando me llaman la atención algunos libros, poemas o autores, sobre los que publico en este blog.

Kevin Barrington es un «slam poet» irlandés, lleno de odios y prejuicios, un «bigmouth» político, un camorrista que mezcla lucidez y chorradas mientras dispara rítmicamente sus sílabas.

Su nuevo e-book de poemas: I love the Internet (Political World Publishing, 2013) se abre con toda una declaración de principios: «a multi-media e-collection of militancy and mischief, fun and fury».

Para prueba, «Spoken Word» («Palabra hablada»), que copio abajo. Ni comparto sus «ideas», ni tengo especial interés por la poesía «slam», pero me parece que hay una verdad en estas cacofonías, o al menos me lo parece:

Opium to De Quincey
Sin to Milton
Congo to Conrad
Aran to Synge

I love the internet

Castles to Shakespeare
Deceit to LeCarre
Dublin to Joyce
Marketplace to Chaucer

Did we say
‘Daffodils to Wordsworth?’
We couldn’t forget that.
Or mounted jihad to Tennyson
Or the [weird] whole wild wonder
of the [whole g** damn] show
to Dylan

I love the internet

Wild, lewd, bawdy, bullying, smelling of cats.
Cranks, crank, meth, conspiracy, snipers, knoll.
Fascists made cartoon on ripe digital soil.
Erudite waltzing with trite.
In eternal ballroom
Dedicated skiers on seas of trivial loon.
Self help soma screaming thinnin tv hair repair.
And always the smiles of the filippino brides
And promises of untold nigerian riches.
Flashing wheel spinning ace poker squared
You Have Been Chosen
But
Shhhhhhh
Somewhere down there in the fly fishing section
the first faint whispers
(If ears are right)
of hushed talk
of
bold revolution.

I love the internet
The sheer
dull
scintillating
infantile
anarchy
of
it
all.

Boisterous Brueghel medieval market.
Futuristic Middle Ages
Directed
by
Friar Tuck.
And offset, whispers
of
Robin
lurking
in
wood.

I love the internet.
Cos it’s ours.

Present Shock. When Everything Happens Now (2013). Douglas Rushkoff contra la tiranía del update

imagesSigue el desfile de grandes figuras de la tecnofilia que entran en modo pánico ante la marcha de los acontecimientos. Esta vez da un paso al frente Douglas Rushkoff, uno de los codexvangelistas de la programación digital, el profeta del renacimiento 2.0 (entre otras muchas cosas, porque ha tocado casi todos los palos, incluso los más frikis).

La cara de susto que se le ha puesto en la foto de su web ya es bastante elocuente, pero cuando abre la boca es peor, porque se pone a largar del «terror de los tiempos modernos», que es lo que hace en su último libro: Present Shock. When Everything Happens Now (Current Hardcover, 2013):

Como es preceptivo, Rushkoff lanza a la palestra dos nuevos palabros: “digiphrenia” (jugando con la palabra «esquizofrenia») y «fractalnoia» (jugando con la palabra «paranoia»):

  • Por digifrenia entiende «el estado de desorientación que te aqueja cuando intentas procesar al mismo tiempo las actualizaciones de Twitter y la lectura tranquila del periódico» [«the kind of disorientation you get when you’re trying to process something as fast as Twitter and something as slow as a news article in the same sitting»]. Vamos, todo un clásico, pero muy bien formulado; te lo dice un digifrénico irredento.
  • Por fractalnoia entiende «las equivocaciones que cometen las organizaciones cuando intentan predecir las grandes tendencias de futuro a partir de unos pocos datos del pasado inmediato» [«the mistakes organizations make when they try to predict major future trends using small bits of data from the recent past» ]. En definitiva, la dificultad para identificar patrones desde nuestra insignificante escala personal.

Está claro que la reflexión sobre el tiempo está de plena actualidad; el mundo posdigital nos ha roto los esquemas y nos fuerza a una nueva gestión de algo que ya no es sólo biológico, sino también digital (Cronos v. Kairós). No somos mecanismos de flujo, sino seres humanos programados de forma rutinaria y cíclica. Uno se acuerda de un clásico que no podía faltar cuando daba los primeros talleres sobre blogs y educación: «es que yo no tengo tiempo para hacer eso». Bendita inocencia. La tiranía del update nos ha puesto en una situación límite, el lifestreaming nos ha vuelto digifrénicos y fractalnoicos.

El autor acuña otros conceptos patológicos que me interesan un poco menos, pero que llamarán la atención de gente como Alejandro Piscitelli o Carlos Scolari, ya que tienen que ver con las narrativas transmedia (lo habrán hecho ya, porque los dos están al tanto de todo, no sé cómo lo hacen): «narrative collapse» («colapso narrativo», de efecto paralizante, ya que transforma el movimiento en «occupy»), «overwinding» (no sé cómo traducirlo, pero es más o menos lo que se conoce como «efecto mariposa»), y «apocalypto» (ese deseo de que pase algo «apocalíptico» constantemente; que nace, como es natural, de un flujo en el que nunca pasa nada porque todo pasa al mismo tiempo).

Además, la argumentación del autor me convence menos. Entiendo el colapso narrativo desde un punto de vista hermenéutico, y no me parece que la fragmentación de un discurso sea incompatible con la creación de narrativas. En cuanto al overwinding o la noción de apocalypto, me parecen ideas irrelevantes, porque siempre han formado parte de la naturaleza humana. La metáfora «zombie» no es nada nuevo, ni el minimalismo, ni ninguna de las cosas que se pretenden hacer pasar por novedosas en este libro.

No me cabe duda de que Rushkoff lo que quiere es hacer caja, montándose en la ola del ciberescepticismo. No hay nada malo en ello. Al contrario, lo hace con inteligencia, sobre todo, como he dicho, cuando reflexiona sobre el tiempo, esa cuestión palpitante. Aquí lo tienen, predicando desde una tienda de relojes viejunos:

Outliers School, la nueva propuesta de Scolari, Cobo y Pardo Kuklinski

Los tres grandes provocadores de la innovación educativa en español (Cobo, Scolari y Pardo Kuklinski) siguen jugando al «fútbol total».

Su nuevo proyecto se llama Outliers School, y trata de algunos de los temas que llevamos analizando en Nodos Ele desde que empezamos, así que nos encanta.

Eso sí, no es un espacio abierto; habrá una selección de «outliers» el 12 de noviembre. Además, se paga y no te dan certificado, como debe ser. Qué mayor insignia que trabajar en proyectos concretos disruptivos con gente llena de talento. Bravo.

En mi opinión, el gran acierto de esta propuesta radica en su centralidad en el diseño educativo. Lo demás, viene de suyo. El terreno de juego está perfectamente definido, porque el partido se juega precisamente ahí.

Twitter: @outliersschool

Outliers School Educación 2012 / Presentación from Outliers School on Vimeo.

Se basa en el siguiente decálogo de Scolari (con el que estoy de acuerdo en un 70%, que ya es bastante, me parece a mí, vamos), que resumo muy brevemente:

1. La crisis de la educación es un problema de diseño. Vivimos una burbuja de oferta educativa formal con la consiguiente pérdida de valor de los títulos académicos. Outliers School es un NO-grado, basado en la sincronía «peer to peer» y en reuniones en red y «prototyping», sin evaluaciones. Todos somos diseñadores educativos, actuando en ensayo/error, «learning by doing» y trabajo en beta. Referencia: Gray, Brown y Macanufo, Gamestorming (2012):

“los retos industriales actuales no son estándares. El trabajo actual debe estar dirigido a menudo hacia lo desconocido, la incertidumbre y los espacios de reto ambiguos, y la capacidad de crear y descubrir es más importante que ajustarse al molde de lo estándar.”

2. La gran disrupción de la educación es organizativa, no tecnológica. Outliers School es un espacio en red para resolver problemas de diseño educativo mediante el prototipeado de ideas. Esto no pasa por un cambio tecnológico sino por un cambio de mentalidad. Referencia: Cornella, Co-Society (2012):

“cualquier persona puede convertirse en empresa, partiendo de sus conocimientos o habilidades diferenciales. (..) No podemos diferenciar cuando trabajamos y cuando no. Los sistemas móviles nos dejan always-on. Lo peor es que estamos siempre disponibles para ejecutar procesos, no para pensar.”

3. Del conocimiento superficial al focalizado e interdisciplinario. Las instituciones educativas corren el riesgo de la parálisis. Deben pasar de habilidades generales, jerárquicas e intercambiables hacia colaboración horizontal y conocimientos especializados. Outliers School refuerza el desarrollo de habilidades para la innovación, la resolución de problemas complejos, el trabajo distribuido y la generación de liderazgos adaptables capaz de hacer frente a las profundas redefiniciones del ecosistema educativo.

4. Sobre los espacios de trabajo. Construye tu propio MIT Building 20. La arquitectura del diseño educativo debe cambiar. Referencia: Stewart Brand, «The Low Road». Jane Jacobs:

“Old ideas can sometimes use new buildings. New ideas must come from old buildings.”

5. Aprender resolviendo problemas más que aprendizaje formal teórico. Los procesos que facilitan la resolución de problemas resultan un nicho más atractivo que la reflexión teórica. Referencia: Cristóbal Cobo/John Moravec: Aprendizaje Invisible.

6. Hacia un kiosko de aprendizaje, toma sólo lo que necesitas.. Utilización de múltiples dispositivos en forma convergente y transmediática para ejecutar acciones específicas: no presencialidad, soporte de productividad, ubicuidad. Referencia: Avey, Kiosk Learning (2011). George Siemens, MOOCs.

7. Aprendizaje Invisible. La tecnología no es la clave en un escenario posdigital, sino la mentalidad cultural. Formación no formal, formación flexible («peer to peer»), acumulación del conocimiento en flujo. Rechazo de herramientas como el currículo, porque no refleja las «competencias blandas»: creatividad, innovación, flexibilidad, etc.

8. La legitimidad de los educadores está distribuida en red, y no en las instituciones. El componente agregado/ubicuo de la educación. Superación de la jerarquía up-down (de arriba hacia abajo), por una red distribuída y legitimada entre pares (Rifkin, 2012). Referencia: Jeff Jarvis (2009):

“Education is one of the institutions most deserving of disruption, and with the greatest opportunities to come of it (…) a new educational landscape where universities teach an abundance of knowledge to those who want it rather than manage a scarcity of seats in a class.”

9. Desintermediar la producción y distribución de conocimiento. En el diseño educativo, existe un nuevo mapa de actores y propuestas desintermediadas, innovadoras y basadas en la apertura a la comunidad, especialmente fuera de las estructuras formales. Nuevos actores que construyen un metasistema de ideas que conecta la academia con el mundo empírico de forma mucho más eficiente. Referencias: Brabazon (2007):

“We have to ask how to encourage intellectual rigour in an edu-tainment landscape stimulating the learn of meta-skills, but not only contents. To teach the meaning and purpose of refereeing.”

10. De la pedagogía de la enunciación a la pedagogía de la participación. Nuevos formatos más allá del libro, nuevas narrativas transmediáticas. Todos somos prosumidores, sin necesidad de intermediarios. Referencia: Grant McCracken, Culturematic (2012):

“As the story escapes the creative control of a single artist, author or studio, it is free to experiment. The story becomes a laboratory.”

Outliers School Educación 2012 / Presentación (2) from Outliers School on Vimeo.

Short Stories About Tiny Tasks. Un libro sobre microtareas, crowdsourcing y gamificación

Short Stories About Tiny Tasks. Microtasks, crowdsorcing and gamification (Microtask, 2012) es un libro editado en Tampere (Finlandia) por los miembros del proyecto Microtask.

Como explica el título, recoge un número considerable de artículos (publicados en el blog del grupo) sobre crowdsourcing, microtareas y gamificación.

El blog de Microtask se puso en funcionamiento a finales de 2009, cuando el concepto de «crowdsourcing» estaba empezando a tomar cuerpo. Desde entonces, han pasado muchas cosas, que han ido documentando en la red y que se resumen en este libro.

Esto quiere decir que Short Stories About Tiny Tasks es una obra que va más allá del proyecto estrella del grupo: Digitalkoot, es decir, la digitalización de las publicaciones periódicas que se conservan en la Biblioteca Nacional de Finlandia. Digitalkoot ha sido todo un éxito, ya que más de 100.000 voluntarios han realizado unos 7 millones de microtareas, poniendo a disposición de los finlandeses todo su patrimonio periodístico on line.

El libro es muy recomendable (166 páginas llenas de ideas inteligentes y reflexiones estimulantes, se abra por donde se abra), está dividido en tres capítulos (crowdsourcing, microtareas y gamificación) y se puede descargar gratuitamente en PDF. Creo que si les pides un ejemplar a info@microtask.com, te lo mandan. Al menos a mí me lo mandaron (y con dedicatoria, qué majos).

Hidrogenesse resume el libro de Jon Agar sobre Turing y la máquina universal

Bueno, no se trata propiamente de un resumen del clásico de Agar: Turing and the Universal Machine: The Making of the Modern Computer (1997), porque no hablan ni de la navaja suiza ni de otros elementos troncales del libro.

En realidad, «Historia del mundo contada por las computadoras» es un relato fragmentario del desarrollo de la computación desde los inicios de la revolución industrial hasta hoy.

Hidrogenesse siempre han hablado mucho de digitalidad en sus canciones, pero en esta ocasión lo que han sacado ha sido un disco conceptual, dedicado exclusivamente a pensar estos temas: Un dígito binario dudoso. Recital para Alan Turing (Austrohúngaro AH025).

Fernando Santamaría en #IBERTIC sobre PLE

Fernando Santamaría (Universidad de León) no para. Resulta incluso difícil seguirlo en su blog, por la variedad, densidad e inteligencia de sus reflexiones.

Fernando casi siempre nos sorprende, porque sabe ir a las fuentes y tratarlas de un modo propio. Hace un rato ha terminado su intervención mediante videoconferencia en #IBERTIC, donde ha hablado de Entornos Personales de Aprendizaje.

Como es natural, lo que más me ha gustado de las palabras de Fernando es lo que se refiere a conectividad, es decir, al conocimiento como caos, distribución etc. No perderse la segunda parte, cuando trata de PLE vitaminados y de iPLEs o sistemas mixtos:

UPDATE: El autor ha publicado hoy un post destacando lo más importante de su intervención.

Badges, evaluación y analíticas

Mi forma de abordar las analíticas la he dejado clara en numerosas ocasiones.

La experiencia demuestra que la evaluación es una herramienta de control, ineficaz y tóxica, que suele estar en manos de lo que el profesor Luis de Rivera llama MIA: Mediocres Inoperantes Activos (conozco a bastantes, por desgracia).

Sin embargo, siempre he estado absolutamente abierto al fenómeno digg me, y ahora me absorbe todo lo relacionado con las badges («¿insignias?»).

Esta tendencia se ha disparado en los últimos días, a partir del proyecto Open Badges de Mozilla:

Learning today happens everywhere, not just in the classroom. But it’s often difficult to get recognition for skills and achievements that happen outside of school.

Mozilla’s Open Badges project is working to solve that problem, making it easy for anyone to issue, earn and display badges across the web — through a shared infrastructure that’s free and open to all.

The result: helping learners everywhere display 21st century skills, unlock career and educational opportunities, and level up in their life and work.

La verdad es que el proyecto me parece muy atractivo, ya que favorece la diversidad en las competencias personales.

Un sistema de badges, de hecho, no es un sistema de evaluación, ya que dispersa las destrezas, creando perfiles individualizados, en la línea de la teoría de juegos. Mi estructura de badges, por tanto, no sería mejor ni peor que la tuya, sino simplemente diferente, a partir de una economía de escalas.

    Voy a seguir muy de cerca este desarrollo de la analítica en mi nuevo blog: Caos Ordenado Relativo (COR), en el que publicaré con más frecuencia que en Nodos Ele, que queda como plataforma colaborativa de Lola, David y yo mismo.

Crisis significa cambio. Y el cambio es acción

En definitiva, un discurso que hace referencia a lo que está pasando en el mundo del cine, de la música, de la cultura, de la política y de la educación.

No es diferente lo que está ocurriendo en la cultura, en el periodismo, en la educación o en política. Cada sector tiene sus instituciones, con sus miedos por autoconservarse. Pero ya hemos visto estos días que la acción no viene de ellas.

  • Puedes leer el discurso en e-learning, conocimiento en red y web colectiva.
  • Y los nominados son…