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Carla Bazzanella: «Numeri per parlare» (2011)

Numeri per parlare (Laterza, 2011) es un breve y curioso ensayo que ha publicado (en colaboración) Carla Bazzanella (Università di Torino) sobre expresiones en diversas lenguas que contienen números.

El uso de números forma parte de los recursos de intensificación que usamos para realzar lo que decimos, es decir, forma parte de nuestro «saber hacer» más expresivo.

Un ejemplo puede ser la forma de indicar una grandeza exagerada. En italiano: «te lo he dicho cien veces» («l´ho ripetuto cento volte»). En danés: «te lo he dicho 117 veces». En francés: «te lo he dicho 36 veces». Y en español, no sé, a mí me sale: «te lo he dicho ochenta mil pares de millones de veces», será que soy muy exagerado (en todo caso, el número 8 suele estar presente).

Esto nos lleva directamente a la sesión 2.1 de El ventilador, en la que se habla de «exageraciones» con números, tanto para intensificar como para atenuar: «llevo tres horas aparcando», «he visto esa película cienes y cienes de veces«, «espérame un segundo», o «hace un siglo que no te veo». Aunque hay de todo. Por ejemplo, en una novela picantona de las de kiosko, se puede leer.

Otras veces, la autora se fija en un número concreto, caso del 5. En italiano «avere i 5 minuti» indica rabia, en inglés se dice «give me five» para expresar la complicidad entre personas. ¿Qué os sale lo primero en español? A mí, esto: «eso es cosa de cinco gilipollas y el del tambor, no hay que hacerles caso». Además, no todas las lenguas usan el sistema decimal. El danés, por ejemplo, se basa en múltiplos de 20.

En fin, un libro para pasar un rato entretenido. Quien tenga más interés, que escuche el audio de la autora que he puesto aquí abajo.

Eres lo que hablas. Un libro de Robert Lane Greene

Robert Lane Greene es el autor de Johnson, un blog sobre lenguas en el que casi nunca me he fijado (igual hay que darle un repaso), y que mantiene The Economist. Hace poco hizo una buena selección de 5 libros sobre lingüística cognitiva en The Browser.

Acaba de publicar un libro que está recibiendo mucha atención, pero que (solo he leído fragmentos) me parece que está escrito con cierta ligereza: You Are What You Speak. Grammar grouches, language laws and the politics of identity («Eres lo que hablas. Expertos gramaticales, normas lingüísticas y políticas identitarias», Delacorte Press, 2011).

Greene parte de una posición que comparto: la lengua es comunicación entre hablantes; el resto es una cuestión de quién controla qué se habla y quién controla cómo se habla, es decir, es una cuestión de política y poder. El libro pone sobre la mesa muchos temas, con puntos de vista que en ocasiones me parecen contradictorios. En todo caso, es uno de esos libros que te interpelan y te hacen tomar posición. El índice que propone el autor es apasionante; su desarrollo, menos, cayendo incluso en la insustancialidad de los «libros de aeropuerto».

Concuerdo con Greene cuando afirma que «cuanto más simple es una lengua, más rica es». Como dice, en frase memorable:

Languages become simpler and more flexible in order to spread and succeed.

Defiendo la importancia de un globish español, una lengua española internacional, simple y útil, que tome el puesto, junto al inglés, de lengua global (cosa que hoy no es ni de lejos, a pesar de la propaganda triunfalista con que se nos bombardea desde hace años). Las características «analíticas» de la lengua española, su simplicidad de pronunciación, sintaxis y vocabulario, la hacen especialmente apta para este fin.

El autor analiza el uso político de las lenguas (la imposición del «afrikaans» como parte del estallido de la violencia en Suráfrica, o la división que se ha creado entre un turco escrito con caracteres latinos y otro escrito en caracteres árabes), denuncia el poder castrador de las academicas y fundaciones de policía lingüística (la Académie française, por ejemplo), considera que el kurdo, el galés, el catalán o el vasco están sometidos por el nacionalismo «violento» de lenguas superiores (algo que me parece contradictorio con lo anterior; además, al mismo tiempo, está encantado de que el hebreo haya resucitado gracias a su imposición como lengua nacional de Israel. ¿En qué quedamos? ¿imponer es bueno o es malo?). En la misma línea, al autor le parece bien que los suizos de habla alemana hayan creado su propio «alemán suizo», una lengua artificial y obligatoria que no tiene más función que la identitaria. Esto es la ley del embudo. La impresión es que Greene defiende una cosa y la contraria, sin un criterio claro.

En otra parte del libro el autor se dedica a machacar a Lynne Truss (una especie de Lázaro Carreter inglesa, pero con más salero, defensora de la pureza del inglés por cualquier medio – miren la foto si no me creen). Es todo muy arbitrario, ya que la Truss se toma su papel de «estricta gobernanta» del idioma con mucho sentido del humor. Sin embargo, Greene tiene razón cuando habla de la fatuidad de ciertos «expertos» gramaticales, que se arrogan una presunta superioridad a partir de una perspectiva lingüística subjetiva. De hecho, en el ámbito hispánico tenemos ejemplos del peligro de jugar a los dardos sin ton ni son (lo normal es que te salten un ojo).

Kristofer Flensmarck publica su nuevo libro de poemas en #BKFF

Entiendo que es un asunto demasiado local, ya que se trata de un poeta que publica en sueco y que no tiene proyección fuera de Suecia, pero me ha llamado la atención por lo novedoso.

El caso es que Kristofer Flensmarck (Escania, 1976) empieza a publicar en Twitter esta noche (a partir de las 21:00 horas) su nuevo libro, bajo el hasthag #BKFF.

El poemario se llama Ingmar Bergman Kristofer Flensmarck Fragment (#BKFF), «sonata para dos instrumentos: Ingmar Bergman y Kristofer Flensmarck». Se editará en papel en otoño, en edición limitada. La obra trata de la crisis personal de Flensmarck (con divorcio de por medio) en el contexto de la muerte de Bergman en 2010, y de la subasta de sus bienes. Se trata de poemas que hablan del amor, el arte y el desencanto.

He leído muy poco de Flensmarck, que me parece un poeta líquido, posmoderno, alguien capaz de mezclar un realismo descarnado con ciertas técnicas de la música pop (Brian Eno o Mogwai son dos de sus referencias) o del cine de Michael Haneke y Gus Van Sant. Interesa, pero cansa.

Se considera representante de la nueva «dokumentärlyrik» («poesía documental») sueca. En Almanacka (2009), por ejemplo, los poemas son transcripciones de notas de la agenda de su abuela (poesía encontrada»). Y hace unas semanas publicó Navigation (2011), que se basa en los artículos de la Wikipedia que tratan sobre transporte marítimo.

Alexia Sloane, 10 años

Alexia Sloane es una niña ciega de diez años. Es inglesa. Perdió la vista a causa de un tumor cerebral cuando solo tenía dos. Alessia habla inglés, francés, español y chino mandarín. Está estudiando ruso y árabe. Alexia ha hecho de intérprete en el Parlamento Europeo esta semana. Es lo que quiere ser de mayor.

Alexia es un ejemplo para todos.

Marcelino. Español para suecos antes del boom turístico

Rebuscando papeles y vinilos en los mercados de pulgas de Estocolmo, me he topado con un par de singles 45 rpm titulados «Marcelino. Spansk nybörjarkurs» («Marcelino. Un curso de español para principiantes», 1965).

Se trata de unos diálogos dramatizados dirigidos al «radioyente» sueco, obra de Trinidad Sánchez-Maza. Desconozco la identidad de la autora, que parece ligada a la Radio Sueca (Sveriges Radio) entre finales de los 50 y finales de los 70, sobre todo en la producción de programas de aprendizaje del español.

Tampoco sé cuándo se grabaron los diálogos, ni dónde (he visto 1965 como fecha de edición en alguna parte). Mi impresión es que debieron grabarse con posterioridad a 1954 (año de aparición de «Marcelino Pan y Vino», en cuyo protagonista posiblemente se inspira), y pensando en un turismo que aún no era el de sol y playa.

En la Biblioteca Real de Estocolmo he visto que Trinidad Sánchez-Maza es autora de otro curso radiofónico de español para suecos: «Un día es un día : spansk språkkurs i radio sommaren 1961» (Estocolmo, Sveriges Radio, 1961, 88 páginas). Este manual está ilustrado por Olof Nessle, y contó con la colaboración de Joaquín Herráiz. En 1968 publica también «De vacaciones : spanska för turisten», en colaboración con Börje Söderlund. Son materiales de mucho interés.

He abierto una bandcamp con lecciones de Marcelino, que espero que vaya creciendo a medida que tenga acceso a más materiales. El sonido que es de baja calidad, con muchos huevos fritos, pero en este momento no tengo los medios técnicos para mejorarlo.

Tengo mucha curiosidad por este tema, así que si alguien sabe más sobre el mismo, me encantará conocer más datos. El «Marcelino» de Trinidad Sánchez-Maza me parece una obra de gran calidad literaria y radiofónica, así como llena de agudas observaciones sobre la realidad española de la época.

Devolverle las palabras a los hablantes. Un libro de Elizabeth Knowles

Hace poco hablaba de «la hora del léxico». Vuelvo al tema al hilo de la lectura de un libro de Elizabeth Knowles: How to Read a Word (OUP, 2010).

En estos tiempos aún oscuros de lo que John Algeo llamaba «lexicograficolatría», es decir, de reverencia excesiva a la autoridad del diccionario, o a un supuesto comité de sabios que recibe dinero público por dar opiniones que no sirven para nada, da gusto leer unas páginas tan sensatas, escritas por la que ha sido durante mucho tiempo editora de la Oxford University Press.

How to Read a Word es una obra absolutamente centrada en la lengua inglesa, algo que puede limitar su recepción en el ámbito hispánico. Pero tiene una gran cualidad: puede leerse como una especie de manual de orientación léxica en el mundo posdigital. Knowles dedica iluminadoras reflexiones a la forma en que podemos desarrollar la competencia léxica, para manejarnos por nosotros mismos en el mundo de las palabras, más allá de diccionarios, comités de burócratas o gurus de suplemento dominical.

Estos son algunos de sus «tips», independientemente del uso de nuevos diccionarios del tipo Urban Dictionary (la RAEM tiene su gracia, pero es una anécdota) o Wordnick:

  • cómo usar motores de búsqueda, tipo Google Noticias para encontrar información relacionada.
  • cómo usar las «palabras clave» («keywords») para comprender vocabulario, mediante el uso de las «slashtags» que son la base de herramientas como Blekko.
  • cómo manejar los resultados, en relación con problemas como las «palabras fantasma» o los «falsos amigos».
  • cómo leer el pasado a la luz del presente; un ejemplo sería el uso de «gay» a lo largo del siglo XX en inglés, o (se me ocurre) el uso de «hacer el amor» para el mismo período en español.

Si hemos conseguido poner a la gramática definitivamente al servicio de la realidad operativa de la comunicación, es necesario arrebatarle las palabras a quienes las tienen secuestradas.

El libro de Mrs. Knowles es entretenidísimo, y está lleno de detalles e historias reveladoras. Pero lo importante -en mi opinión- es su objetivo: devolverle las palabras a sus legítimos propietarios, los hablantes, para que tengan confianza en sí mismos y sepan desarrollar habilidades que les permitan orientarse en la sociedad posdigital en la que vivimos; en definitiva, eso que, pedantemente, se conoce como «aprender a aprender».

Cómo se hundió la Universidad española

Me ha llegado el nuevo libro de José Penalva: Corrupción en la Universidad. El ocaso de la educación. El triunfo de la endogamia (Ciudadela, 2011).

El profesor Penalva (Universidad de Murcia) cuenta cosas de las que todos los que pertenecemos al mundo académico hemos sido testigos, pero de las que apenas se publica nada.

Analiza los motivos por los que la Universidad española se ha convertido en una de las más mediocres del mundo, como reflejan todos los informes internacionales. De hecho, no hay ninguna Universidad española entre las 200 mejores del mundo.

La Universidad, como algunas otras instituciones, goza de una suerte de respetabilidad que no es sino una efectiva cortina de humo. Tras ella se esconden numerosos casos de corrupción y endogamia que ni mucho menos son marginales.

Es una guerra sucia en todas las instancias entre profesores, doctores, catedráticos, etc., que luchan por mantener su particular parcela de poder. Todo ello, a costa de los alumnos y de los contribuyentes, que con sus impuestos sostienen un imperio de ineficacia y nepotismo.

Desde el punto de vista de la innovación y el uso de las nuevas redes tecnológicas (temas de los que nos ocupamos en este blog) me parece un libro sobre el que llamar la atención, ya que, en un ambiente como el descrito, es imposible que se abran paso el cambio, la innovación y el riesgo.

En este sentido, el tema de este libro puede ser considerado triste categoría, más que circunstancial anécdota.

La hora del léxico

Ahora que entramos en la era del español global, lo que implica un desplazamiento desde la gramática hacia el léxico, viene muy a pelo retomar la reflexión sobre el tema.

Nos vienen nuevos manuales que inciden en la competencia léxica, de modo que va siendo hora de desmontar Leximatrix como se ha hecho con la gramática desde el punto de vista cognitivo. En esta entrevista, Javier López Facal dice algunas verdades al hilo de su nuevo libro: La presunta autoridad de los diccionarios (CSIC-Catarata, 2011). En mi opinión, son un buen punto de partida:

[Una persona, para expresarse] usa tres o cuatro mil [palabras], nada más

Explico en el libro que si alguien va por el campo, ve una hierba, consulta un libro de botánica y no viene, no se le ocurre decir que esa hierba no existe, sino que esa hierba no está en su libro de botánica. Nadie puede decir a un hispanoparlante «esta palabra no existe». Se puede decir que no está en el diccionario… pero la culpa no la tengo yo por usar la palabra sino el diccionario por no reflejar bien el léxico. Mucha gente cree que el diccionario de la RAE es como los mandamientos de la ley mosaica y que si los incumples vas al infierno.

[Me gusta la Wikipedia]. Es una enciclopedia y hay que tener en cuenta que es muy desigual según lenguas y artículos. La wiki alemana es generalmente impecable, la inglesa también. La tercera que se hizo fue la catalana y se ha quedado un poco corta. La española es muy desigual, con artículos muy buenos y otros que no…

Muchos españoles creen que el diccionario de la RAE es el mejor que hay, pues bien, es exactamente el peor. Es peor comparado con el equivalente francés, italiano, portugués, alemán, inglés…

Voxy y los nuevos manuales de idiomas

Voxy es un sistema de aprendizaje de inglés para hispanohablantes que se lanzó en octubre pasado (sigue en beta). Desde el principio llamó la atención de medios como The New York Times, por la gran inversión que ha supuesto, así como por la forma en que maneja las interfaces móviles.

Voxy es una especie de versión posdigital de Speak Up, una revista con la que la gente de mi generación intentaba mejorar su inglés. No se trata, por tanto, de contenido estático de dudosa utilidad -como en el caso de Practica español (¿por qué se sigue insistiendo en arquitecturas de este tipo?)-, sino de contenido orientado a la acción de aprender. Paul Gollash (CEO) la presenta así:

«These are your next textbooks,» he announced, flashing up a slide of news and celebrity magazines. «These are your new classrooms» — city streets, and the signs that fill them.

Voxy uses smartphones and the Web as its platform for serving up games and news stories linked to translation tools. The idea is to make learning fun and contextual.

Leyendo el otro día sobre Bitácora (el nuevo manual de Difusión, del que hablaré en otro momento), me acordé de Voxy, ya que veo algunos puntos en común:

  • ambos se presentan en formato magazín, con la idea de que los textos estén conectados con los intereses de los estudiantes. Voxy recoge noticias de tres ámbitos: actualidad, cultura pop (la llaman «farándula») y deporte, que son ámbitos que están muy presentes en Bitácora. Frente a los niveles del MCER, Voxy se organiza en tres grados: básico, intermedio y avanzado.
  • ambos le dan gran importancia a la construcción del conocimiento léxico por parte del estudiante. Con Voxy se gestiona el vocabulario al mismo tiempo que la pronunciación, no solo en un nivel de palabra sino también de «chunks». Hace un buen uso de las herramientas de traducción online.
  • ambos intentan favorecer la autonomía del estudiante, mediante redes de aprendizaje que favorecen la retroalimentación entre pares. En el caso de Voxy destacaría la app de iPhone y el uso de twitter, así como la importancia que le da a los juegos, que me parece que va en la línea de Steve Johnson.

Creo que es un proyecto más serio de lo habitual para este tipo de startups de lenguas, como demuestra el blog que han puesto en marcha (las infografías son muy atractivas), que recoge buena información actualizada para el profesor de idiomas.

Quizá estamos ante nuevas tendencias en los manuales de idiomas. La verdad, ya iba siendo hora, porque últimamente el panorama ELE era de lo más aburrido (por decirlo suavemente):

Aprendizaje invisible. Hacia una nueva ecología de la educación (2011) de Cristóbal Cobo y John Moravec

// web del libro

En Nodos Ele hemos seguido de cerca el proyecto de Cristobal Cobo y John Moravec en torno a lo que llaman «aprendizaje invisible».

Uno de los frutos de su trabajo es el libro que ya están presentando y que estará disponible en breve Aprendizaje invisible. Hacia una nueva ecología de la educación. Nr. 2 de la Col·lecció Transmedia XXI. Laboratori de Mitjans Interactius / Publicacions i Edicions de la Universitat de Barcelona, 2011. Para saber de qué va lo mejor es echarle un ojo al índice que está en la web, y leer la presentación:

Aprendizaje Invisible es un libro que surge como resultado de varios años de investigación, en el cual los autores proponen un remix de innovadores paradigmas de aprendizaje y de desarrollo de capital humano.

Este trabajo, escrito a cuatro manos y en dos idiomas, analiza el impacto de los avances tecnológicos y las transformaciones de la educación formal, no formal e informal, además de aquellos meta-espacios intermedios. Este es un viaje en el cual el lector explora un panorama de opciones para la creación de futuros relevantes para la educación de este siglo.

Aprendizaje Invisible analiza corrientes, teorías y tendencias, además de experiencias internacionales y desarrollos tecnológicos que promueven una innovación sostenible en la educación.

El libro ofrece una vasta bibliografía, un estupendo glosario y otros recursos digitales, además de una recopilación de diversas investigaciones y estudio de casos que destilan temáticas como: las nuevas teorías e ideas en la educación, los desafíos de las instituciones educativas del siglo 21, recomendaciones de políticas públicas, nuevos flujos de innovación, aprendizaje basado entre pares, educación informal, uso de tecnologías abiertas y colaborativas, entre otros.

En la página del libro están todos los recursos relacionados con el proyecto, desde un calendario de presentaciones (a finales de marzo tendrán lugar las de Madrid y Barcelona) a todo tipo de formas de conectividad.

Un libro imprescindible y estimulante (hemos leído una primera versión en pruebas), que abunda en la reflexión general de Geekonomía (2010) de Hugo Pardo Kuklinksi, obra que abrió la colección Transmedia XXI el año pasado.