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Confianza, redes sociales y una divagación antropológica

Una de las mejores entradas que he leído últimamente sobre la sociedad posdigital (sus organizaciones e instituciones) es «Trust and Networks» («Confianza y redes»), de Gideon Rosenblatt.

No es el típico mantra del guru profesional, sino una reflexión realista que incide en la línea del conectivismo y el sharismo que defendemos en NodosEle.

Para Rosenblatt, la sociedad posdigital (y sus organizaciones e instituciones) no se estructura en jerarquías sino en conexiones, y en ella no tiene cabida la evaluación externa. Su base es la confianza entre iguales autónomos. Este sería un resumen de los puntos básicos de su reflexión:

  1. Las redes consisten en conexiones voluntarias entre iguales autónomos.
  2. La confianza es la base de una red social, ya que la fortalece, la hace más flexible y eficiente.
  3. Las redes son las conexiones que permiten a los pares trabajar juntos.
  4. En una red no hay control externo. Una «evaluación del desempeño» impuesta destruye la confianza de la red colaborativa.
  5. La relación en la «red» se basa en el «trabajo» en la red. Trabajar es conectarse.
  6. La «confianza» consiste en no tener miedo a ser vulnerable.
  7. El principio básico en una red es el «respeto mutuo». Si hay respeto mutuo, las conexiones surgen de forma natural.
  8. Tenemos que salvaguardar la confianza para garantizar que nadie abusa de la autonomía de los nodos.

No voy a traducir todo el post. Es simplemente perfecto, y no se trata de ninguna especulación teórica. Es la pura realidad. Las cosas funcionan así.

Todo esto me suscita una pregunta de tipo «antropológico». ¿Hasta qué punto una sociedad como la española (sus instituciones y organizaciones también), en la que abunda la picaresca, la falta de cumplimiento de las promesas, el «engaño» a los otros como forma de «ser más listo», la falta de transparencia, el principio de autoridad, las jerarquías y los escalafones, la titulitis, las instancias con póliza y compulsa, la burocracia como forma de impedir la innovación, etc. tiene cabida en el mundo en que ya estamos viviendo?

No es absurdo pensar que si nuestro país no cambia de «mindware», puede perfectamente iniciar una lenta y profunda decadencia en los próximos años.

Siemens se aburre (y nosotros también)

[Ilustración: Pintachan]

Tenía pensado hacer un post sobre la última y magistral entrada de George Siemens este martes: «Questions I’m no Longer Asking». Afortunadamente, David Alvarez se me ha adelantado, de modo que les remito a su blog [e-aprendizaje]: «Cuestiones que ya no nos interesan…».

En efecto, hace tiempo que algunos simplemente ni nos planteamos determinadas cuestiones: la autonomía del estudiante, la estafa de la evaluación, la necesidad del caos para aprender, la evidencia de la conectividad, la naturalidad de la apertura y el intercambio («sharismo») etc…

Hace bien Siemens en dejar claro que no piensa contestar a más chorradas sobre estos temas, que resume en varios puntos (modifico mínimamente el resumen de Alvarez), que ya cansa seguir explicando:

  • Los estudiantes deben tener el control de su propio aprendizaje. Los educadores podemos guiarlos o ser intermediarios, pero el aprendizaje significativo implica una actividad impulsada por el que aprende.
  • Los estudiantes necesitan experimentar confusión y caos durante el proceso de aprendizaje. Aclarar(se) ese caos es el objeto del aprendizaje.
  • La apertura de los contenidos y la interacción aumentan las conexiones aleatorias que impulsan la innovación.
  • El aprendizaje requiere tiempo, pensamiento crítico y reflexión. La ‘ingestión’ de nueva información requiere tiempo para ‘digerirla’.
  • El aprendizaje es aprendizaje en red. El conocimiento está distribuido.
  • La creación es vital en el aprendizaje. Los alumnos tienen que crear artefactos para compartir con los demás y para ayudar a dirigir su exploración más allá de los artefactos que el educador les ha proporcionado.
  • Dar sentido a la complejidad requiere de sistemas sociales y tecnológicos.

Quien quiera perder el tiempo cerrando contenidos, intentando evaluar o controlar, pensando que el caos no es parte del proceso de aprendizaje, etc., es su problema. La realidad va por otro lado.

The Great Edupunk Swindle, con dos casos de estudio a tener en cuenta

He dejado la opinión que me merece la «estafa intelectual» edupunk en los comentarios al último artículo de Brian Lamb y Jim Groom en la revista Educause titulado “Never Mind the Edupunks; or, The Great Web 2.0 Swindle”.

De hecho, hay más radicalismo (reformas que van al meollo del sistema) en el programa del nuevo gobierno británico (como ha sabido ver The Economist (izquierda) en la cubierta de su último número) que en toda la retórica hueca de Lamb, Groom y compañía.

Sin embargo, en el artículo aparecen dos ejemplos (casos de estudio) que comento también, a pesar de que no tienen nada que ver con el «edupunk» (da igual, se los apropian lo mismo), y que traigo a este post porque -si bien son muy conocidos- me parece que nunca está de más llamar la atención sobre ellos:

  • Murder Madness and Mayhem (2008) fue un proyecto de Jon Beasley-Murray con sus estudiantes de español en la University of British Columbia (Canadá) para cubrir lagunas de la Wikipedia relacionadas con estudios literarios latinoamericanos. Los estudiantes trabajaron en grupos con el fin de abrir páginas nuevas o de mejorar las que ya había.

    Estos proyectos de intervención directa sobre la realidad digital existen desde hace tiempo en el mundo educativo. En Nodos Ele los pusimos en marcha a partir del estímulo de Christian Olivier. Todos los miembros del grupo los hemos usado en el campo de la enseñanza de Español para Extranjeros (ELE).

    En todo caso, sigue siendo sorprendente que se hable de la Wikipedia desde un punto de vista «edupunk», cuando sus fundamentos teóricos vienen del mundo de la libertad de mercado cercano al anarcocapitalismo, como ha declarado por activa y por pasiva su creador, Jimmy Wales.

  • CUNY Academic Commons, proyecto de la City University of New York que integra plataformas gratuitas en un entorno abierto. A mí me parece muy bien, ya que entiendo «free» en sus dos sentidos de «gratis» y «libre». Lo que no entiendo es qué tiene esto de «edupunk».

    Es una opción, como podría ser la de usar herramientas propietarias. El tema no está ahí, sino en una implementación que no cree «safe spaces» educativos, porque entonces lo que se hace es crear un monopolio público que no tiene nada de abierto.

Partiendo de esas premisas, no veo diferencia en que se use WordPress, Google Apps for Education o Apple´s iTunesU. Lo importante es que no nos vengan con imposiciones desde sus «safe spaces» universitarios.

Update: No me gustaría, en todo caso, dejar la sensación de que el trabajo de Groom y Lamb no me parezca valioso. Lo he dicho muchas veces, lo que me parece una estafa del «edupunk» es su radicalismo contra el intercambio propietario y la forma en que intentan cerrar el conocimiento dentro de «safe spaces». Por lo demás, recomiendo que se lean sus textos con mucha atención, por ejemplo el magnífico «The un-education of the technologist», del que hay traducción española en la Revista de Universidad y Sociedad del Conocimiento de la UOC.

Número de verano de Educause dedicado a la Apertura (Openness)

Me está gustando el último número de la EDUCAUSE Review Magazine (Volume 45, Number 4, July/August 2010) dedicado a la apertura («openess») en el mundo educativo.

En todas las contribuciones hay reflexiones valiosas y críticas muy fundadas sobre la dificultad de abrir al mundo un sistema tan blindado como el educativo.

Este número contiene dos artículos que en cierto sentido representan la forma de ver las cosas por parte de conectivistas y edupunks:

Si me van surgiendo ideas al respecto, las iré poniendo en los comentarios.