Archivo del Autor: nodosele.emilioquintana.com

Wikipedia en clase de ELE y la creatividad del individuo

"Los individuos que trabajan solos generan más ideas que los grupos que actúan en equipo... Las mejores innovaciones tienen lugar cuando redes de personas con diferentes puntos de vista se ponen a darle vueltas a un problema" - Robert Fishkin

07unboxxlarge1

Desde que Richard Gatarski escandalizó a unas decenas de profesores holandeses al modificar la Wikipedia en medio de su charla en el IPON 2008 de Utrecht, y Emilia Conejo nos descubrió las propuestas de Christian Ollivier en un par de memorables entradas, me empezó a interesar más el tema de la autonomía del estudiante como agente de cambio en interacción con la realidad.

La iniciativa de Ollivier tuvo lugar en marzo de 2006 y la llevó a cabo en Salzburgo con un grupo de estudiantes de francés austríacos:

«La consigna era publicar en la Wikipedia un artículo presentando la ciudad o pueblo de origen de su familia. La elección del tema aseguraba, por un lado, que la versión francesa de Wikipedia no tenía aún entradas al respecto y, por otra, permitía enriquecer esta enciclopedia con contribuciones sobre Austria.»

El ahora profesor de la Université de la Réunion resume su experiencia en un artículo ya publicado en red: «Ressources Internet, wiki et autonomie de l´apprenant» (2007). Discrepo levemente de algunos puntos de su argumentación -corrección, evaluación…-, pero la importancia que le da a la autonomía, al componente estratégico, o al hecho de que el profesor ya no es el destinatario de la producción, me parecen elementos clave que convierten este texto en una referencia ineludible.

En 2008 he trabajado con mis estudiantes todo lo que he podido en esta línea en el marco de las clases del Instituto Cervantes de Utrecht. Ellos han abierto decenas de entradas sobre Holanda en español, y la mayoría de ellas han sido tuteladas por los asiduos de la Wikipedia, en un ejercicio de retroalimentación realmente estimulante. Y todo ello a partir de la creatividad y la autonomía individual, verdadera fuente de riqueza colectiva. Una entrada de la semana pasada de George Siemens pone, como de costumbre, las cosas en su sitio:

«Collaboration involves individuals contributing their unique perspectives, not a type of faceless mob with an identity all its own. The individual view of collaboration has always been an issue for me in using wikis.»

El sharismo de Isaac Mao

1015321102_7778e0a266Sharismo: Una revolución de la mente [pdf, trad. esp.]

Estoy entre los que piensan que no tiene sentido adaptar paradigmas predigitales a los nuevos entornos de aprendizaje, y que el humanismo no puede prescindir del conocimiento científico (como no lo hizo el patrón original del Humanismo renacentista). Si hay que elegir, me decanto por tecnólogos que conozcan el funcionamiento real de la mente –Rheingold, por ejemplo- antes que por luditas que inventan teorías mentalistas (Gardner, por ejemplo).

Esto es lo que me pasaba por la cabeza mientras escuchaba a Mario Rinvolucri hablar una vez más de su revolución humanista, que me temo que poco tiene que ver con lo que está pasando en «otros vagones del tren» (por usar su propia terminología). Mientras tanto, desde China llega un interesantísimo ensayo de Isaac Mao (maravilloso nombre) titulado «Sharismo: A Mind Revolution», un texto excepcional que parte de la idea de que compartir está en la naturaleza del ser humano, es decir, en la propia sinapsis neuronal.

Mao presenta el “sharismo” como el “Espíritu de la Era de la Web 2.0” y lo resume en una frase: «Cuanto menos compartes, menos poder tienes»:

Una cultura que no comparte (“non-sharing culture”) nos engaña con su absoluta separación de Espacio Privado y Espacio Público. Hace de la acción creativa una elección binaria entre lo público y lo privado, lo abierto y lo cerrado. Esto abre una brecha en el espectro del conocimiento. Aunque esta brecha tiene el potencial de convertirse en un espacio creativo valioso, la inquietud por la privacidad hace que esta brecha sea difícil de cerrar. No debería sorprendernos que, para sentirse seguros, la mayoría de la gente mantenga lo que podría compartir como privado y adopte una actitud “cerrada”. Tienen miedo de que Internet genere una capacidad de abuso contra la que no puedan luchar solos. Sin embargo, la paradoja es esta: Cuanto menos compartes, menos poder tienes.

He traducido el texto al español porque me parece que -con todo su exceso de optimismo, poesía y abuso del término «social»- se trata de un ensayo verdaderamente inspirador para el tiempo en que vivimos, y desde luego en el ámbito educativo: «Puesto que el sharismo puede mejorar la comunicación, la colaboración y la comprensión mutua, creo que tiene también un lugar en el sistema educativo».

La capacidad de compartir con nuestros estudiantes a partir del respeto a su individualidad va más allá de esa interpretación chata de la dimensión afectiva del aprendizaje tan de moda. Es a partir del respeto al individuo, a su decisión libre de interactuar o no, y de poner en juego estratégicamente su inteligencia conectiva como es posible entender una enseñanza libre de falsos ídolos y que responda a los fundamentos de la naturaleza humana.

    Si alguien quiere discutir la traducción puede hacerlo en este wiki: http://sharismo.pbwiki.com

El laboratorio del futuro

futurelab_medium_(22459)El otro día, repasando lecturas pendientes, me topé de nuevo con Futurelab, una organización sin ánimo de lucro asentada en Bristol y dedicada a la inovación en educación. Lo curioso es que me extraño de que todavía no hubiéramos enlazado con un sitio cuya filosofía se acerca tanto a nosotros.

La idea que dirige el proyecto no es otra que la de intentar expandir el campo de investigación en educación, de cara sobre todo a poner sobre la mesa de debate la gran cantidad de posibilidades que la tecnología nos ofrece -o nos ofrecerá. En otras palabras

to have a surplus of potential ideas, vision and plans so that we have a range of strategies to draw on when we face the serious educational challenges  that social, economic and technical change presents us with.

Es más que probable que la mayoría de los cambios que se prevén ni siquiera vean la luz en las aulas -de ahí ese superplus de ideas-, pero es más que necesario enfrentarse a lo que pueda venir, antes que quedarnos en lo que hay. De otro lado, como ellos mismos comentan, la educación seguirá siendo siempre la Cenicienta de la tecnología… se siguen haciendo Webquest cuando las Redes Sociales están en pleno auge…

We need to understand what may be emerging, explore its implications for education, and understand how best we might harness these changes. (…) Without this early engagement we also risk desingning educatonal practices and approaches that will be rendered obsolete and anachonistic in the context of new human capabilities.

Así que ya sabéis, a bucear en la biblioteca de Futurelab para intentar cambiar las cosas. Es decir, siguiendo a Douglas Adams: «the best way to predict the future is to build it«.

Networked Student

Wendy Drexler (con dibujos y voz de su hijo) ha realizado este video (todavía no subtitulado en español), en formato «Plain English de CommonCraft«, que ayuda a entender algunos de los principios del Conectivismo y del concepto de «networked student» (concepto inspirado en el de networked teacher de Alec Couros), que Wendy ilustra con un proyecto con sus alumnos:

On/Off Edgar Morin (Parte 2)

Mi posición global en la polémica Morin es On. Intento dejarlo claro en este post.

La primera vez que leí algo de Edgar Morin habían pasado exactamente 20 años de la edición del primer volumen de El Método (publicado en 1977 -no perdamos la perspectiva). Desde entonces no ha dejado de ser una obra de referencia en mi biblioteca. Además, es en parte culpable de que me esté dedicando a lo que me dedico.

Confesiones al margen, estoy de acuerdo con EQ en muchas de sus conclusiones, pero no puedo resistirme a escribir este On, en pro de una de las figuras que mejor puede ayudar a entender las implicaciones del paradigma complejo aunque, paradójicamente, no siempre haya sabido derivar lo mejor de su esquema inicial. No en vano, hace ya un tiempo que empecé a reivindicar la figura de Morin en el marco de la enseñanza de lenguas, aunque el propio interesado nunca haya tratado el tema de forma explícita.

Quizá el mayor error que podemos cometer a la hora de enfocar el paradigma complejo, tal como lo expone Morin, es hacer una lectura ideologizada del mismo. Si nuestra mirada es limpia, el análisis de los primeros volúmenes del Método reflejan con maestría, no sólo cómo se articulan el caos y el orden espontáneo, sino de qué manera el paradigma complejo entiende nociones esenciales, como la de información, «lo que a partir de un engrama o signo permite generar o regenerar neguentropía por contacto, en el marco o en el seno de una organización neguentrópica ad hoc«. Esto se traduce en que cualquier información, por ejemplo, una descripción de un sistema lingüístico, ha de entenderse de forma dinámica, inestable, abierta, caótica, que toda organización es fugaz, y que los intentos por asir un modelo explicativo no sólo son inadecuados, sino que además derivarán únicamente en frustración (para el lingüísta, para el profesor y, claro, también para el estudiante de lenguas). A todo el que siga este blog este asunto debería serle familiar

Precisamente de lo anterior se sigue lo que comentaba EQ sobre el valor que alcanza el concepto de estrategia en su gnoseología… Y sólo por eso Morin debería entrar directamente en el top 10 de lecturas imprescindibles sobre complejidad. El problema, creo, es que al final, tanto EQ como Morin acaban por reducir el paradigma a parámetros ideologizados que derivan, como no podía ser de otro modo, en malentendidos como el del post anterior, o en panfletos como Los siete saberes necesarios para la educación del futuro o «La identidad humana» (parte V del Método)

On/Off Edgar Morin (Parte 1)

Edgar_Morin

Está claro que mi posición global es Off. A ver si alguno de los nodos recoge el guante y me da la réplica, que de eso va el tema.

Ultimamente al nuevo paradigma educativo en red le están saliendo demasiados padres. Uno de los más «peligrosos» quizá sea Edgar Morin, porque anticipa conceptos atractivos, pero después de pervertirlos filosóficamente anulando lo que en ellos hay de liberadores. Además, sorprende su incapacidad para interpretar nada que sea medianamente trascendente: su miserable interpretación de Pascal -por ejemplo- provoca vergüenza ajena.

Morin oye campanas pero no sabe de dónde vienen. La idea de que un cierto desorden puede contribuir a una nueva forma de organización la toma de Heinz von Foerster pero rebajando sus implicaciones ontológicas y «desactivándola», por decirlo suave. En realidad, para Morin no existe el caos ni en el orden espontáneo, y apenas tímidamente se atreve a exponer la perogrullada de que la energía desordenada puede contribuir a cierta nueva forma de organización. Es triste constatar lo poco que aprovechó su estancia en los EEUU y cómo el contacto con genios como Henri Atlan no le sirvió de mucho. En cuanto vuelve a Europa se quita la careta y se pone a elaborar un gigantesco «Método» en el que levanta un megalomaníaco monumento al padre de todos los crímenes del siglo XX, el Sr. Jorge Guillermo Federico Hegel, y a despotricar de lo que llama «tecnociencia». Vamos a ver, este señor es un ludita que despotrica de la tecnología, a la que considera incompatible con lo humano. ¿Cómo va ser el precursor de una educación conectada?

Es verdad que tiene más interés cuando habla del paradigma complejo (aunque en el fondo no es más que una triquiñuela para vendernos una burra con orejeras), o cuando defiende el principio de incertidumbre, es decir, la forma en que pone en valor la competencia estratégica por encima del cualquier concepto programático. Pero, ¿qué credibilidad puede tener al respecto el autor del «Método»? También sorprenden algunos raptos de lucidez, como cuando para ilustrar su idea de la «readaptación permanente» echa mano de una mezcla de información y azar, y pone como ejemplo la victoria de Napoleón en Austerlitz. Ante un ejército superior en número, Napoléon aprovechó la aparición de una niebla imprevista para darle la vuelta y ganar una batalla que tenía perdida. Vale, para jugar al estratego sirve.

En el fondo, Morin lo que está es más perdido que Fabrizio del Dongo en Waterloo, además de preso de un corsé teleológico que no le deja moverse, y, lo peor, tampoco nos deja movernos a nosotros. Intuye algunas cosas -orden espontáneo, caos, competencia estratégica, etc.- pero no se atreve a sacar las consecuencias lógicas de todo ello.

Por si esto fuera poco, es autor de un indigesto panfletillo titulado «Siete ideas acerca de la educación», un montón de lugares comunes que a veces recuerda al Downes más demagógico. Reconozco que en cuanto llegué a lo de que la función de la educación es crear un «mundo responsable y solidario» no pude más y lo dejé de lado. Para Marinas de pacotilla, ya los tenemos en casa.

Chris McCabe y la nueva poesía futurista

Desde que estoy fuera de España ando un poco desconectado del panorama poético nacional, de modo que no sé hasta qué punto el cambio tecnológico está afectando a la manera de escribir o leer poesía. Tampoco es un tema que me interese demasiado. Recuerdo haber leído Mester de cibervía, de Vicente Luis Mora (1999) con cierta curiosidad, pero poco más (ahora V. L. M. dirige el Instituto Cervantes de Alburquerque, igual eso tiene que ver con esto). En la disputa, he solido estar más de la parte de creacionistas, cubistas o imagistas que de los futuristas.

Chris McCabe (1977) acaba de publicar su nuevo poemario, Zeppelins, que me ha gustado bastante (excepto la parte política panfletaria, previsible y floja). La poesía de McCabe es compleja y fragmentaria, parece escrita -no solo a causa de los temas- por alguien que se siente a gusto en un mundo conectado y digital. Sin embargo, esto que podría llevar fácilmente al desvarío sin sentido, se ve transformado por una mezcla de conciencia y conocimiento de la tradición literaria que termina enganchando y convenciendo.

Hay mucho de «déjà vu», una especie de repetición posmoderna de las primeras vanguardias del siglo XX (su libro anterior, The Hutton Inquiry tenía un aire a lo Veinte poemas para leer en tranvía de Oliverio Girondo pasado por el espejo imagista del joven Pound). No creo que McCabe llegue a ser el Ezra Pound del siglo XXI, pero aquí dejo un poema de este último libro, «A 98p Voicemail Message to Blaise Cendrars« («Mensaje de voz de 98 peniques a Blaise Cendrars»), leído por el autor y encontrado en YouTube:

https://youtube.com/watch?v=jKahiwVNlhk%26hl%3Des%26fs%3D1%26rel%3D0

Actualización: El texto del poema lo he copiado en los comentarios.

Para ser movimiento: Second Life, Instituto Cervantes y un quién sabe

A nadie se le esconde que el Second Life del Instituto Cervantes tiene fundamentalmente una finalidad institucional, de posicionamiento en la red. En la isla Cervantes es posible dar un paseo por la exposición sobre Alfonso Reyes, ver entrevistas y documentales, o acceder a la programación cultural del Instituto en todo el mundo a través de pantallas que hay en el vestíbulo del edificio. Hay también reproducciones de la biblioteca y de algunos espacios de interés arquitectónico como la cúpula de Antonio Palacios, o la Caja de las Letras.

Sin embargo, algunos hemos estado experimentando con usos didácticos y formativos, sobre todo a partir de la iniciativa del Centro de São Paulo, que dio varias clases con sus alumnos. La verdad es que todo en plan experimental, buscando qué herramientas pueden servir y cuáles no. Se han hecho sesiones de trabajo para profesores interesados en familiarizarse con el entorno – como la de junio pasado que se recoge en el vídeo que he puesto arriba, donde aparecen Germán Hita y José Carlos Caro. Cosas tan básicas como aprender a moverse –con visión de cámara y con visión de avatar…- volar, los gestos, movimientos, aplaudir, afirmar, negar… requieren un tiempo de formación para acostumbrarse. En las sesiones del Cervantes se ha hecho hincapié en las «notecard» como forma de comunicación e intercambio -vídeos, por ejemplo- en tiempo real en un espacio concreto, y en las posibilidades de interacción del «chatbox» (pasarle un documento a otro avatar, escribir en parejas…)

La cosa parece que está un poco parada. ¿Que por qué traigo entonces otra vez el tema aquí? Porque igual algo se mueve por ahí afuera… ¿quién sabe?

Dándole vueltas al PLE

wordle
Ya lo hemos tratado antes en este blog, pero el concepto de Personal Learning Environment (PLE) sigue siendo objeto de debate y discusión. Parece que todavía no hay acuerdo a la hora de definirlo y establecer cuáles son sus características, por las que yo todavía me sigo preguntando. De momento, en mi opinión, está claro que un PLE:

  • Es personal: cada PLE es diferente de los demás ya que lo construye cada individuo teniendo en cuenta sus intereses. Es decir, es el individuo el que decide crear un PLE, por qué y para qué y qué elementos quiere que formen parte de él.
  • Es dinámico, teniendo en cuenta el momento y los intereses y decisiones del individuo.

Mi mayor miedo a la hora de trabajar con los PLEs es no echar a perder algunas de sus características, como la autonomía del aprendiente, el aprendizaje informal, la libertad para crear o no un PLE y cómo hacerlo… Es decir, miedo a hacer de los PLEs otra cosa diferente alejada de esos conceptos. En la última reunión Joan-Tomàs Pujolà, me hizo dos preguntas que quedaron sin contestar:

  • ¿Puede un PLE ser transferible? (de la misma manera que un e-portfolio, por ejemplo)
  • ¿Pueden los profesores y las instituciones tratar con los PLEs de sus alumnos? ¿Hasta qué punto?

Otra de las preguntas que tengo abiertas es en qué se diferenciaría una Red de PLEs de un VLE (Entorno Virtual de Aprendizaje) no institucional.

¿Todo vale en las clases de ELE? Complejidad en el CCK08

Será que uno es todavía joven y algo de rebeldía le queda, pero la verdad es que hay cosas a las que no les veo ningún sentido, por más vueltas que le doy.

Lo último ha sido en el CCK08, a raíz uno de los textos más inspiradores que he leído desde hace un tiempo, por lo meridiano y lo certero. Sin duda una de las recomendaciones básicas para cualquiera que quiera meterse en el asunto del paradigma complejo en el aula de ELE.

El artículo es de Bill Harshbarger, se titula Chaos, complexity and Language Learning, y es un buen resumen de lo que supone aplicar los principios de los sistemas complejos (hemos hablado antes de ello, aquí por ejemplo) a la enseñanza de lenguas extranjeras.

La tesis que sostiene el artículo viene a resumirse en que no es posible una metodología de la complejidad si tanto los agentes como el objeto que estamos enseñando son considerados de manera lineal. O dicho que otro modo, enseñar español como lengua extranjera bajo principios conectivistas es imposible si partimos de una consideración simplista de nuestros estudiantes (como meros receptores de conocimiento) y de la lengua (como mero sistema gramatical-funcional). El problema es que, pese a los intentos constructivistas, esta es la consideración que subyace todavía en la mayoría de las clases de ELE.

Harshbarger dice que debemos ser optimistas, y que estamos en el camino hacia ese cambio que supondría una comprensión del aula mucho más adecuada. Sin ir más lejos, muchas ideas (creencias, habilidades, construcción del conocimiento,…) están ya integradas en nuestros planes de estudios, gracias a la influencia del constructivismo educativo, y eso debería facilitar el cambio hacia el nuevo paradigma complejo/conectivo.

Pero no, yo creo que no, que me quedo en el bando de los pesimistas, con los que creen que aún queda mucho por hacer, y que esto en realidad está fatal y se vende cualquier churra a precio de merina… Hasta hay quien sigue hablando de pruebas en evaluación

Para muestra un botón sacado del mismo artículo:

None of the elements in the complex model presented here is in itself inimical to any particular technique, method or approach to language teaching (…). This is in some degree in line with the emerging notion of local pedagogy. In fact, a complex systems theory perspective on language learning supports all methods and approaches as potentially beneficial depending on context and how flexibly they are used.

Esta afirmación me parece ligera y escandalosa, porque deja la puerta abierta a prácticas que deberían haberse erradicado de las aulas hace años, por ineficaces, absurdas e incluso contraproducentes. Porque es relativista, y promueve que los profesores se queden estancados, escudándose en las ideas de antaño, simplemente actualizadas con un barniz tecnológico. En otras palabras, porque es transigente con la Educative Innovéision (aunque, por otra parte, nos ofrece nuevas posibilidades y candidatos para el Leonardo Dantés Innovéision Award).

Actualización: Acabo de recordar que Lola Torres nos propuso hace poco, vía Twitter (esa cosa absurda que no sirve para nada, ¿no?) una lectura muy relacionada con el tema.