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El PLE de una estudiante de 12 años

Decididamente hemos empezado 2010 en plan PLE (Personal Learning Environment / Entorno Personal de Aprendizaje, EPA). En las últimas entradas del blog, hemos hablado de presentaciones, conferencias, artículos, etc. en torno a este tema clave.

Vía A. Couros, no me resisto a poner aquí un vídeo en el que Wendy Drexler, una chica de 7o. grado (12 años, según el sistema escolar de los EEUU) que estudia la rama de ciencias, explica magistralmente su Entorno Personal de Aprendizaje, que ha creado a partir de una base Symbaloo, y una muy inteligente y minimalista arquitectura de herramientas (blogs -en la parte superior, folksonomías jerarquizadas, plataformas propias de su edad como Glogster, buenas conexiones peer-to-peer; en definitiva, algo muy simple y muy efectivo).

Un ejemplo práctico de cómo organizar el propio aprendizaje desde niños:


Buscar y aprender

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Un reciente estudio aparecido en Science Daily sobre el uso de los motores de búsqueda concluye que buscar no sólo nos ayuda a encontrar datos sino a aprender. Buscar en la red no sólo forma parte de nuestra rutina diaria, sino de nuestro proceso de aprendizaje:


«The researchers sought to discover the cognitive processes underlying searching. They examined the search habits of 72 participants while conducting a total of 426 searching tasks. They found that search engines are primarily used for fact checking users’ own internal knowledge, meaning that they are part of the learning process rather than simply a source for information. They also found that people’s learning styles can affect how they use search engines.

«Our results suggest the view of Web searchers having simple information needs may be incorrect,» said Jim Jansen, associate professor of information sciences and technology. «Instead, we discovered that users applied simple searching expressions to support their higher-level information needs«.

Search engines are a Source of Learning (la negrita es mía).

Vía Search Engine are Teachers, Cory Doctorow. Boing Boing.

Ctrl Moodle

Martin_DougiamasA través de un twitteo de @pedrojimenez retwitteado por @potachov, llego a una entrevista de Mercè Molist a Martin Dougiamas, creador de Moodle, un Learning Management System (LMS) que ha tenido mucho éxito, sobre todo en países con una tradición educativa bastante cerrada y basada en el control del estudiante.

La entrevista es de hace unos meses, y contiene una respuesta de Dougiamas que llama especialmente la atención

M. M.: ¿A los estudiantes les gusta Moodle?

M. D.: En el fondo, Moodle es un sistema de control. Convierte a la institución en un entorno protegido dentro de Internet y da mucho poder a los profesores, que pueden tener toda la información sobre sus alumnos. Los estudiantes a quienes gusta ser dirigidos aman Moodle. El resto, no.

No seré yo quien le lleve la contraria al padre de la criatura. De hecho, le honra la sinceridad. Y efectivamente, no me gusta Moodle, no soy alguien al que le guste ser dirigido.

Trabajo en equipo y conformismo

No me resisto a llamar la atención sobre otro acertadísimo post de George Siemens que lleva por titulo: «Why group norms kill creativity» [«Por qué las normas de grupo se cargan la creatividad»] y que es una glosa de un estudio del que se hace eco Jeremy Dean en el que se demuestra que el trabajo en equipo no sirve para innovar creativamente sino que favorece el conformismo.

He decidido traducir entero el post de Siemens porque no tiene desperdicio:

Colaboración, cooperación, comunidades de práctica, inteligencia colectiva, y otros conceptos parecidos se han convertido en términos usuales dentro del campo de los negocios, en la propia sociedad y en el ámbito educativo.

Toda forma de organización debe rendir homenaje a la primacia del individuo. El conocimiento colectivo o sabiduría de las masas se malinterpreta con frecuencia, ya que se sugiere que las personas son inteligentes cuando piensan en grupo. Sin embargo, sería más apropiado decir que las personas son inteligentes cuando piensan por sí mismas y que esta inteligencia se ve amplificada en el momento en que entra en conexión. Se trata de una distinción sutil pero vital.

Un grupo homogéneo normalmente no es efectivo en términos de creatividad. La diversidad individual y conectada es la que produce cambios significativos en la buena dirección. Un grupo puede refinar, extender, aumentar e incluso perfeccionar ciertos conceptos e ideas. Pero las normas de grupo acaban con la creatividad.

El maestro Siemens está en plena forma y sigue argumentando en favor de una inteligencia conectiva y no colectiva en la que el individuo es el centro. Estamos ante una auténtica ontología del aprendizaje, que en Nodos Ele hemos defendido desde siempre. Como escribe Dean en su impecable entrada:

Unfortunately groups only rarely foment great ideas because people in them are powerfully shaped by group norms: the unwritten rules which describe how individuals in a group ‘are’ and how they ‘ought’ to behave. Norms influence what people believe is right and wrong just as surely as real laws, but with none of the permanence or transparency of written regulations… the unwritten rules of the group, therefore, determined what its members considered creative. In effect groups had redefined creativity as conformity.

Moodlemoot Euskadi 2009 (II): algunas notas para la reflexión docente en torno al Conectivismo.

(viene de un post anterior)

Una de las más gratas sorpresas que me llevé en la Moodlemoot Euskadi 2009 fue escuchar a una importante figura de la blogosfera educativa, como es Aníbal de la Torre, hablar de Conectivismo. Conduciendo hacia Bilbao comentaba la ilusión que me hacía conocer en persona a Aníbal, después de tanto tweet y tanto post. La verdad es que la impresión fue muy buena, aunque no pudimos hablar mucho -lo mismo que ocurrió con muchos de los que había allí. Me queda el consuelo de que la conversación sigue en la red.

Como decía, me entusiasmé cuando Anibal nombró a la criatura de George Siemens y Stephen Downes (¡vaya padres!): si él lo hacía era porque el paradigma conectivista estaba calando de alguna forma en la educasfera. Pero la alegría me duró un suspiro: lo poco que dijo Anibal no me parecía sino un batiburrillo de ideas sin montar, probablemente fruto de los pobres intentos que se han (hemos) hecho por difundir la teoría de forma sistemática, que necesitan ser precisadas:

  • El Conectivismo NO es una metodología de enseñanza. Más bien responde a lo que Kuhn llamó modelo paradigmático, esto es, un conjunto de ideas (mindset) que permiten caracterizar un conjunto de teorías de orden inferior. La relación del paradigma conectivista con disciplinas como las ciencias sociales, las teorías del aprendizaje, la ética, etc… son la prueba de que no podemos tomar estas ideas tal cual, como principios funcionales. En este sentido el Conectivismo es una teoría compleja sobre cómo aprendemos.
  • A la hora de caracterizar el Conectivismo de cara a trabajar con principios funcionales, yo lo haría como teoría del conocimiento, esto es, como una explicación de qué es aprehensible y cómo, de cuáles son los mecanismos que permiten la aparición de constructos de información que, sea por la razón que sea, llamamos conocimiento. Las Ciencias Cognitivas, más allá del constructivismo (que, recordemos, también es paradigma, y no método), son el sustento del Conectivismo como teoría del conocimiento aplicada a los procesos de enseñanza/aprendizaje.
  • Así, el Conectivismo como teoría del conocimiento no se limita -no puede hacerlo- a explicar cómo aprendemos con TICs, sino que es un modelo complejo, que no olvida que los elementos que lo integran (objetos de aprendizaje y agentes) son también complejos. Que ahora tengamos acceso a muchas más fuentes de información no quiere decir que antes se adquiría el conocimiento sólo de una fuente y que cualquier individuo tenía acceso a él de la misma manera (eso ya lo puso de relieve el constructivismo, ¿no?). Lo que ocurre es que en la era de internet el modelo anterior se muestra del todo insostenible: el juego no da más de sí y tenemos que cambiar no sólo las reglas, sino también el tablero.
  • ¿En qué se traduce lo anterior? Pues en que el alumno se considera también de manera compleja: el aprendizaje se produce en una multiplicidad de ámbitos y de muy diversas maneras (distinguir aprendizaje formal/no formal/informal en función de la certificación o el espacio me parece un error común y una distinción inútil en esos términos). Ahora bien, esto no quiere decir que el docente tenga que seguir y evaluar las actuaciones de los alumnos en todos los ámbitos. No, Anibal, no tenemos que meternos en tuenti a seguir lo que hacen nuestros estudiantes. No sólo es físicamente imposible, sino que además es inútil.
  • La consideración anterior (tomar al alumno como un agente complejo del proceso de aprendizaje) trae de suyo establecer que, entro otras cosas, los estudiantes son, en esencia, autonomía con piernas. Los docentes no tenemos la virtud de conceder autonomía de aprendizaje a nuestros alumnos, como si fuera un turno de palabra. A lo sumo, a lo más que llegamos es a castrar ciertas actitudes en el aula, como bien sabe el hijo de Aníbal, que desprende creatividad a raudales.

Las cinco pinceladas anteriores son sólo el principio, y no agotan en absoluto el modelo. De hecho, sólo me sirven para una cosa: evidenciar que efectivamente estamos ante cambios trascendentales. No son cambios estructurales si hablamos en términos físicos (al fin y al cabo, nuestro cerebro y su funcionamiento no cambian de una década para otra), pero sí en términos sociales. Estamos, como diría Kuhn, ante una revolución científica, ante un cambio de paradigma del que tenemos que dar cuenta. Y ahí es donde entramos en juego nosotros, los docentes. Tenemos que responder de forma eficaz a este reto, repensando el modelo educativo y comprometiéndonos con el esfuerzo. Que lo hagamos con ayuda de unas herramientas u otras da igual. Internet no es sinónimo de excelencia, como no lo fue nunca el ordenador, la televisión, la radio, la imprenta o el rollo de papiro. Lo que cuenta es ver qué tenemos alrededor y sacar el mayor partido posible del tiempo que nos ha tocado vivir.

El proyecto que presentamos en la Moodlemoot, hablapalabra, no ha sido está siendo en este sentido más que un intento bastante improvisado de ser consecuentes con unas convicciones claras. Nos hemos arriesgado mucho (unos más que otros, ¿verdad Luis?), ya que la iniciativa se enmarca en el ámbito privado, y eso supone que igual te despiden si sale mal, o no se obtienen resultados satisfactorios. El esfuerzo, eso sí, merece la pena. Así lo demuestra el interés de la gente por el proyecto, el apoyo que venimos recibiendo desde muchos compañeros, y, sobre todo, la respuesta de los niños, reflejada en lo que hacen y, sobre todo, en la manera en que se enfrentan a lo que hacen.

A partir de aquí sólo nos queda seguir adelante con el debate. La intervención de Aníbal en la Moodlemoot y el revuelo levantado así lo exigen. Merece la pena.

Defensa del aula como espacio de aprendizaje

David Pollard ha escrito una estupenda entrada que titula «An Unschooling Manifesto» en la que cuenta su historia personal al hilo de la lectura de uno de los últimos libros del movimiento «unschooler»: 101 Reasons Why I’m An Unschooler, de la animosa PS Pirro. Dice Pirro:

The world of the classroom is so unlike anything the real world has to offer – with the exception of other classrooms – that kids can excel at school only to find themselves utterly lost in the real world. Some people think this is the result of failed schooling, but a few of us suspect otherwise.

We suspect that this sense of displacement and confusion is actually the result of schooling that succeeds in its most basic unwritten objective: to keep you dependent, timid, worried, nervous, compliant, and afraid of the World. To keep you waiting. To keep you manageable. To keep you helpless. To keep you small.

Independientemente de compartir algunas ideas con esta buena señora (¿cuántas veces habremos dicho con Gatarski «Forget School» en este blog? Muchas) creo que los «unschoolers» se equivocan cuando hacen una separación tajante entre aula y mundo real. El aula es parte del mundo real, y en el mundo real hay aulas y escuelas, de modo que la separación no se sostiene. Otra cosa es impugnar la relación entre escuela y cultura, entre escuela y aprendizaje. En la escuela se aprende porque cualquier espacio es un espacio de aprendizaje, incluso la escuela, no porque en sí misma favorezca el aprendizaje, que no lo hace en multitud de aspectos.

En este sentido, el post de Pollard me parece más acertado cuando cita a Pirro en estos términos: «learning without formal curriculum, timelines, grades or coercion; learning in freedom» is the natural way to learn»; que yo reformularía así:

«el aprendizaje sin currículos formales ni evaluación, es decir, sin coerción, el aprendizaje en libertad, es la forma humana de aprender».

Del post de Pollard se deduce otra idea clave: la de que no hay profesores ni estudiantes, la de que todos somos profesores y estudiantes. Y de esto hemos hablado antes aquí.

Espacios compartidos de aprendizaje

3450940419_f2ae13dcb0_mEl proyecto Shared Space nació en los Países Bajos como propuesta para acabar con los atascos de circulación y reducir los accidentes, a base de eliminar las señales de tráfico y los semáforos, entre otras medidas.

Esta liberación del espacio ha dado lugar a una lógica negociación del orden que simplemente funciona:

Shared space is a traffic engineering concept involving the removal of the traditional separation between motor vehicles and pedestrians and other road users, and the removal of traditional road priority management devices such as kerbs, lines, signs and signals. The reasoning behind the idea is that it will result in improved road safety by forcing users to negotiate their way through shared areas at appropriate speeds and with due consideration for the other users of the space

El éxito de Shared Space debería servir de ejemplo también para los entornos de aprendizaje en el mundo educativo. Hay proyectos importantes en algunos países al respecto -en Holanda es una maravilla darse una vuelta por los nuevos centros escolares y universitarios, cada vez mejor diseñados para eliminar barreras y favorecer una eficiente autonomía conectiva. Slash21 fue uno de los proyectos pioneros en Holanda (diapositivas 9, 10, 11…) pero su ejemplo es ya rutina por estos lares:

Tengo pendientes algunas entradas sobre este tema en el blog, ya que no solo me interesa mucho -como a Grainne Conole, por ejemplo– sino que estoy en el sitio justo para dar cuenta de ello.

Sin embargo, es obvio que hay que ir más allá, considerando que cualquier espacio es un espacio de aprendizaje. Como decía Sarah Robbins en un post de referencia -sí, estoy citando a una edupunk:

I also think it’s beneficial to integrate learning into social spaces because it reinforces the idea that learning doesn’t just happen in privileged spaces but can happen anywhere and without the intervention of an “official teacher”. I think it helps put subject matter in a broader context of other areas that students are interested in so that the lines between “course work” and “life” aren’t so structured.

Pippa Buchannan y DIY Masters

tate_profile_picEl concepto Do It Yourself (Hazlo Tú Mismo) se basa en la idea de que si no te gusta lo que otros han hecho para que tú consumas, o lo que la sociedad te vende, reacciona, muévete, haz tú mismo/a tus propios productos y aprende por tu cuenta.

Pippa Buchannan trabaja en un proyecto de aprendizaje autodidacta y abierto llamado DIYMasters (Do It Yourself Masters). Esta australiana que vive en Berlín explica cómo no podía obtener el aprendizaje que ella buscaba si se limitaba a buscarlo en contextos de aprendizaje formal.

«This self-organised and experimental learning experience is taking place independent of formal learning institutions. Currently, the DIYMasters project is self-funded».

«I have never let my schooling get in the way of my education.” (Mark Twain)

It's Student, Stupid!

Ahora que Marc Prensky ha decidido dar por amortizada su conocida dicotomía entre nativos e inmigrantes digitales para poner el foco sobre lo que denomina “digital wisdom”, debemos ser más conscientes todavía de que el protagonismo del cambio en el mundo educativo no puede darse más que desde y para los propios estudiantes.

Hace unos días Lola Torres recuperó en su blog -en el marco de una entrada que tiene los enlaces justos, aunque no estén desarrollados- el vídeo que Michael Wesch montó en 2007 a partir de las ideas de 200 estudiantes de Antropología Cultural de la Kansas State University. Aquí son los propios estudiantes los que toman la palabra y cuentan cómo y qué necesitan aprender, qué objetivos, esperanzas o sueños albergan para el futuro, cómo prevén ese futuro que les pertenece:

Supongo que Lola ve este hecho en una línea «edupunk» (su entrada lleva por título «hackeando la educación»). Los que vemos el mundo educativo desde un punto de vista «edupop» miramos con interés iniciativas como la de GradeGuru, un servicio en el que los estudiantes que necesitan mejorar sus notas pueden contar con la ayuda de otros compañeros, a cambio de una recompensa económica:

«GradeGuru.com is a note sharing platform for college students to share notes, give each other feedback and engage in collaborative learning. GG is an information sharing site created by students for students. We’re also providing students with cash and rewards for their notes because we believe students should earn for sharing their knowledge. Our vision is to create a community of students who can rely on each other for academic support – whether through the feedback they receive on the notes that they contribute, or the ability to download their peers’ notes for free.

Since GradeGuru is a meritocracy, how much you get rewarded will be determined by how good your peers think your notes are.»

A los profesores nos pagan por enseñar, ¿por qué los estudiantes que enseñan a sus pares no pueden recibir a cambio lo que quieran? Es lo que subyace en el sharismo de Isaac Mao, y en el Manifiesto Edupop que David Vidal y yo publicamos en este blog:

«Technology and knowledge must be free to share, sell or use in order to give away ideas, innovations and visions. So we will receive whatever is shared, sold or gave away in return. We live in a connective world where culture and knowledge is everywhere, and individuals must be free to do as they want in it».

Y de Alemania viene Sofatutor, que ha entrado en beta esta semana, otra iniciativa nacida entre universitarios. La idea no está totalmente definida todavía pero se trata de una plataforma educativa basada en la posibilidad de que cualquiera pueda producir vídeos al estilo commoncraft y gane dinero con ello:


sofatutor introduction from SofaTutor on Vimeo.


En el fondo, todo va en la misma dirección: horizontalidad, sharismo y foco en el aprendiente que es el protagonista tanto del proceso de aprendizaje como del proceso de enseñanza.

Alabanza de Denis Rancourt

3268492487_0243397d83_mEl profesor de física de la Universidad de Ottawa (Canadá) Denis Rancourt decidió no evaluar a sus alumnos -mejor dicho, decidió darles la máxima nota desde el principio:

[Its is not my job] to rank their [students] skills for future employers, or train them to be “information transfer machines,” regurgitating facts on demand. Released from the pressure to ace the test, they would become “scientists, not automatons”.

Lo han despedido con una violencia inusitada: «In December, the senior physicist was suspended from teaching, locked out of his laboratory and told that the university administration was recommending his dismissal and banning him from campus». Pero no solo eso, lo tratan como a un delincuente:

Firing a tenured professor is rare in itself, but two weeks ago the university took an even more extreme step: When Prof. Rancourt went on campus to host a regular meeting of his documentary film society, he was led away in handcuffs by police and charged with trespassing.

Pueden leer la noticia completa aquí. D’Arcy Norman se hace eco del hecho en su blog y lo comenta acertadamente -aunque echo a faltar un comentario sobre la forma en que está siendo tratado:

As we continue moving toward a more individual and portfolio-driven assessment of a person’s abilities, philosophies, and educational contexts, grades become less meaningful anyway. What may have been lacking in Rancourt’s class was some concrete means for students to document and describe their learning, once their A+ grade had been essentially rendered meaningless as an assessment metric.

La actuación de Rancourt me parece ejemplar, y el hecho de que haya suscitado tal «rancour» en su contra por parte de la universidad me parece que indica que ha puesto el dedo en la llaga de un sistema que se mantiene mediante la coacción evaluativa. Como bien dice: “Grades poison the educational environment. We’re training students to be obedient, and to try to read our minds, rather than being a catalyst for learning”:

[vía elearnspace]