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Los libros de texto del futuro hacen «ssggh» al pasar página

Hablábamos el otro día de la Escuela 2.0, o, mejor dicho, hacíamos que dos vídeos de propaganda de 1964 y 2010 hablaran de lo que se entiende en la administración educativa española por integración de las nuevas tecnologías en la escuela.

Esta mañana nos desayunamos con un artículo que pone negro sobre blanco los planes de la Generalitat catalana en esta materia: «El libro digital, en el instituto»:

Lo primero que hará un alumno al llegar a clase es abrir su portátil, y entrar en la plataforma virtual de su colegio, donde estará el material de las editoriales.

Dentro de la plataforma de cada centro habrá un espacio para que los alumnos hagan ejercicios y el profesor los corrija, recalca el director general de Educación Básica y Bachillerato.

No se pierdan ni una coma.

De placebos, aprendizaje, libros de texto y paratextos

El otro día hablaba con Juanma Higuera en TEDXAlvik del uso de manuales en clase de lengua extranjera.

Depende del contexto, pero no tengo nada en contra del uso de libros de texto como forma de anclaje, ya que en mi opinión el aprendizaje no se produce en el centro sino en los márgenes, no en el texto sino en el paratexto.

«El valor del contenido está en otra parte: el texto propone, el paratexto dispone» es el post que ha publicado el siempre estimulante Pablo Mancini (que suele tratar de temas periodísticos, pero de una forma tan «radical» que de lo que escribe se derivan siempre un montón de reflexiones de aplicación diversa). Mancini se hace eco de Show Sold Separately. Promos, Spoilers, and Other Media Paratexts, libro en el que Jonathan Gray se centra en el estudio de «los paratextos: publicidades, adelantos, trailers, entrevistas, foros, redes sociales, noticias, reseñas y objetos que comodelan medios y mensajes, producción y distribución, sentido y valor». Por ejemplo, los extras de los DVD, los títulos de crédito en» Los Simpons», o la disposición de las viñetas en «Batman».

En una ecología de aprendizaje adaptativa hay que tener en cuenta los contextos. En ese sentido, me da igual trabajar con manual, sin manual, unplugged, de forma invisible, visible o mediopensionista, siempre y cuando la ecología sea coherente y entienda que se crean marcos periféricos adecuados para la construcción de sentido. Esos marcos conceptuales están en los márgenes, en el paratexto. Por lo demás, la elección del manual (siendo poco relevante) no la baso en el enfoque ni en el currículo, sino en los paratextos que implícitamente contenga.

Como profesional, una de mis funciones es detectar en lo posible estos hechos de los que el aprendiz no tiene por qué ser consciente. El léxico de una lengua, por ejemplo, no se aprende con listas de palabras, pero los estudiantes se pasan horas haciéndolas (para nada, porque son inútiles); yo no voy a explicarles eso ni voy a prohibirles nada, sino que intentaré usar esa dinámica para que se produzca el aprendizaje en los márgenes de la elaboración de esa lista, en su paratexto.

El constructivismo, el enfoque por tareas sirven como marcos de referencia para el verdadero aprendizaje, que se encuentra fuera, en la paratextualidad y en las conexiones. Los libros de texto son placebos, son como los cristales de los laboratorios, caldos de cultivo para que surja el sentido: tan sólo textos (es decir, nada) que permiten la aparición de paratextos (es decir, de sentido y aprendizaje). Placebos útiles.

Learning. Free as in «free beer»

Hace un par de días, Juanma Higuera y yo publicamos la traducción de una entrevista con Richard Gatarski sobre el sistema educativo sueco y las nuevas tecnologías. En ella hay una afirmación que me parece incongruente: “Vender educación o unos vaqueros en realidad es la misma cosa“.

No lo creo. No es posible comparar cosas incomparables. La famosa distinción de Stallman entre «libre» y «gratis» («free» en ambos casos, en inglés) cada vez dice menos. Free -de Chris Anderson– ha venido a incidir en esta dirección.

Estoy de acuerdo con Rasmus Fleischer cuando dice -en Det posdigitala manifestet– que la industria musical ha abierto el camino y por ahí va a entrar todo lo demás. Un cedé es un objeto físico (como unos vaqueros) y su valor depende de su escasez. Sin embargo, toda la historia de la música en mp3 es un recurso abundante, no finito (como el conocimiento y, por tanto, el aprendizaje y la educación).

El conocimiento puede generarse, distribuirse y consumirse en la web sin coste alguno. Como dijo Brad Burnham:

«Si me como una manzana, no me la puedo volver a comer; pero si enseño algo, quien me escucha puede transmitir ese conocimiento a otras personas».

¿Qué significa esto? Que la enseñanza tiende al coste cero. Si Google lanzara mañana Google University muchas universidades tendrían que cerrar o mantenerse a costa de onerosas subvenciones.

Hace unos meses Josh Catone publicó una entrada en la que daba algunas pistas sobre cómo va evolucionando el tema, centrándose en iniciativas como The University of the People (universidad online fundada por Naciones Unidas, con 2 programas, en «Information Technology» y en «Business Administration», a 100 dólares cada uno) o Flat World Knowledge (libros de texto gratuitos escritos por expertos con licencia Creative Commons, y que ya están usando decenas de Universidades; algunas tan importantes como la University of Wisconsin at Madison).

También Seth Godin publicó una entrada fundamental: «Education at the crossroads | «La educación en la encrucijada»

Desde entonces le he perdido bastante la pista al tema. ¿Alguien tiene más datos? A mí me vienen a la mente P2p University, OpenLearn. The Open University y Academia.edu.

Desde luego, «free» como en «free speech», pero también como en «free beer». En cierto modo, de eso conversaban hace poco Pardo Kuklinski y Scolari.

Instituciones y contenidos. Algo no encaja

A estas alturas, está claro que Geekonomía. Un radar para producir en el postdigitalismo de Hugo Pardo Kuklinski es el libro más importante que se ha publicado en lo que va de 2010 dentro del campo de la gestión del conocimiento, la educación y el aprendizaje. Marca un antes y un después.

Hoy martes 9 de febrero empieza a distribuirse la edición impresa por las librerías temáticas de toda España. El lanzamiento oficial será en el FNAC de Barcelona (Plaza Catalunya) a comienzos de marzo. Estén atentos.

En el canal YouTube de Geekonomía se siguen subiendo conversaciones en torno a los temas del libro. La última charla -con Mariona Grané Oró- es, como todas, precisa, inteligente y estimulante. Se habla de universidades y contenidos, pero en realidad de lo que se trata es de instituciones y contenidos; de hecho, la radiografía que hacen y las alternativas que proponen encajan perfectamente con la situación del Instituto Cervantes, por poner un ejemplo que conozco bien, ya que es donde trabajo. Si esta es la realidad presente y futura (y lo es) las instituciones educativas harían bien en tomar nota de ideas tan brillantes y lúcidas como las que siguen:

Academic Earth

22510v2-max-250x250Soy un firme partidario de la clase magistral, siempre y cuando quien la dé sepa de lo que habla y tenga la capacidad de hacer atractiva la charla. Por eso me parece que Academic Earth es una estupenda iniciativa, ya que pondrá al alcance de cualquiera que entienda el inglés miles de clases grabadas a profesores de las universidades de Berkeley, Harvard, MIT, Princeton, Stanford y Yale.

Por el momento no hay ningún apartado que tenga que ver con la lingüística o con la enseñanza de lenguas -la plataforma está en beta-, pero a través del buscador se encuentra esta disertación de Paul Bloom (Yale University) sobre teorías de adquisición, especialización e intercultura del lenguaje.

Yo me he registrado para recibir las nuevas clases que vayan ofreciendo. La herramienta es muy amigable y de calidad, a la altura de las universidades que están en el proyecto.

CCK08 Recursos para la week 2

Entre las lecturas recomendadas para la segunda semana del CCK08 se encuentra el capítulo de Knowing Knowledge «Shifting…«, para mí uno de los centrales y más interesantes del libro.

Para los que prefieran leerlo en español, os recordamos que nodos_ele está trabajando en la traducción del libro -ya casi terminada. Conociendo el conocimiento está por ver la luz, y ese capítulo en concreto está en su tercera o cuarta beta, traducido como «Movimientos…«, dentro de la sección 1 (no olvidéis acudir al índice para leer los subapartados). Por supuesto, tratándose de un Wiki, podéis colaborar y hacer sugerencias/correcciones cuando lo creáis adecuado.

También se están traduciendo más recursos del curso aquí (coordinado por Diego Leal).

Redes (a)sociales

Ahora que parece que remite un poco el empuje de las llamadas redes sociales y que las estadísticas de nuevos usuarios ya no se duplican por meses quizás sea hora de hacer un primer balance de la cuestión. Sin duda, la gran ventaja de estos servicios es que han sabido llegar a cifras de público que ni la blogosfera ni otras formas 2.0 han alcanzado todavía. MySpace ha hecho furor entre los quinceañeros y se ha convertido en un fenómeno que mueve masas en mercados como el de la música (sólo hay que ver la jugada de la selección del representante español para Eurovisión 2008). Incluso aplicaciones locales como Tuenti se han hecho muy populares de la noche a la mañana. Pero la pregunta es si la inteligencia (co-l/n-ectiva) ha crecido o simplemente se ha dejado trepanar por el bisturí del éxito. En cualquier caso, siempre he visto dos graves inconvenientes en la generación de contenidos desde redes sociales cerradas:

a) el espejismo de la comunidad: como ahora en tu Facebook o en tu Ning tienes a todos tus seguidores-amigos-conocidos, no necesitas salir más allá para buscar otros puntos de vista o para refrescar los que ya tienes.

b) la doble llave sobre las ideas: si los contenidos generados por las redes sociales no se incorporan al acervo general, se quedan en su cajón bajo candado. Antes al menos los foros eran de consulta libre, ahora nadie sabe qué está pasando en estas comunidades si no eres miembro de ellas.

Al contrario de los blogs, que expanden la libertad de consumo y creación de conocimiento, las redes sociales, en mi opinión, tienden a costreñirlo y empaquetarlo, no sé si para un consumo rápido y superficial o para laminarlo hasta la extinción.