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Rasmus Fleischer – Manifiesto postdigital

manifestetRasmus Fleischer (Halmstad, 1978) ha lanzado esta semana un nuevo manifiesto que está teniendo cierto eco en los medios de comunicación suecos: Det postdigitala manifestet. Hur musik äger rum (Manifiesto postdigital. Cómo la música se abre paso. Ink Bokförlag). A mí me ha llegado la versión en papel, pero está descargable en varios formatos, y por supuesto en The Pirate Bay -eso sí, solo en sueco.

Fleischer es un agitador cultural muy inteligente que se mueve como pez en el agua en el campo de los estudios culturales en la era posdigital. Su blog Copyriot es una fuente de inspiración continua más allá de la nueva cultura musical, y algunas de las entradas las publica también en inglés.

Mi sueco es bastante precario aún, pero diría que Fleischer considera que los cambios en la industria musical marcan el camino a una nueva era posdigital, para la que propone algunas estrategias:

  • nuevo acercamiento crítico: la gente se fía más de una entrada en un blog que de un artículo de periódico; la figura del crítico (de música o de lo que sea, añado yo) o se adapta a las nuevas fuentes de autoridad, o desaparece
  • reflexionar más: en línea con la iniciativa de los No Music Days, propone una mayor reflexión sobre lo que está pasando, a través de pausas en el flujo que nos permitan desconectar para poder situarnos mejor en un panorama inédito, que toda la música de todos los tiempos está a un clic y podemos almacenarla en minísculos dispositivos portátiles.
  • nueva política cultural: los políticos no entienden nada si piensan que pueden parar el flujo o dictar qué es cultura y qué no lo es; el cierre del Café Edenborg es un ejemplo de estos errores, y está convirtiendo la Ciudad Vieja de Estocolmo en una zona turística sin personalidad
  • nueva economía postdigital: lo digital lleva a lo no digital. Estocolmo -y toda Suecia- se ha convertido en una explosión de conciertos, festivales de música y actividad cultural floreciente gracias a The Pirate Bay y la cultura del intercambio libre; ha nacido una nueva forma de economía en la que el «sharismo» da lugar a más música, más grupos y más conciertos, es decir, a más riqueza y variedad.

En mi opinión, desde el mundo educativo haremos bien en estar pendientes de los cambios en la industria cultural, porque Fleischer tiene razón al decir que de los cambios en música han abierto un nuevo panorama dentro de la sociedad digital. Cuanto antes caigan los muros en el terreno educativo, antes será posible entrar en una educación postdigital en la que el centro del aprendizaje radique en el individuo y su libertad, lo que aquí hemos llamado Edupop.

Mucho más que piratas

Desde Nodos Ele queremos felicitar al PiratPartiet [Partido Pirata] sueco por los resultados electorales que ha obtenido en las elecciones al Parlamento Europeo del pasado domingo: más del 7% de los votos y 1 escaño, que se convertirá en 2 si entra en vigor el Tratado de Lisboa.

Hay quien piensa que el PiratPartiet solo busca acabar con la propiedad intelectual y legalizar el intercambio de archivos. Pero se olvidan de que van mucho más allá, y que precisamente por eso han logrado un éxito tan importante. El Partido Pirata parte de 3 principios fundamentales:

  • share culture – cultura del intercambio, sharismo
  • free knowledge – conocimiento libre
  • protection of privacy – protección de la privacidad
  • Por supuesto están en contra de las interceptaciones o «electronic eavesdropping», pero en general se oponen a cualquier intromisión estatal en el ámbito privado.

    De hecho, el voto al PiratPartiet ha sido masivo entre los liberales suecos -sin ellos no hubieran conseguido el escaño-, ya que se trataba del único voto posible en contra de la intromisión del Estado en la vida de la gente. Esto ha quedado muy claro en las primeras palabras de su líder, Richard Falkvinge:

    «We don´t accept that the government is easvesdropping on us. People begin to understand that the government is not always good.» [«No estamos de acuerdo en que el Gobierno se meta en nuestra vida privada. La gente está empezando a entender que el Gobierno no siempre actúa correctamente»]

    Felicidades, y que cunda el ejemplo:

    Por qué publicar el trabajo de los estudiantes en la Web

    El lunes, en el blog de Stephen Downes (lo destacado en negrita es mío):

    «Technically, this recording on YouTube. But from my perspective, any law that makes such a recording illegal is itself illegitimate, a law that simply misunderstands what it is to teach and learn within the context of a culture. And this wonderful recording is also, as Alec Couros notes, more evidence of the reason why student work should be posted online»

      Vía Alec Couros.
      Gracias Dolors Reig por twittearlo.

    Actividad Ikea: siga el manual de instrucciones

    ikeaHace unos días hablábamos en Twitter sobre qué era una actividad Ikea. Este término se nos ocurrió a David Vidal y a mí cuando preparábamos el taller La Navaja de Ockham sobre evaluación de tareas 2.0 en el pasado Encuentro Práctico de Profesores de ELE.

    El término actividad Ikea hace referencia a todas aquellas actividades pre-fabricadas, que encontramos en la mayoría de los libros que utilizamos en clase. Actividades que son hechas por y para el profesor y que normalmente no tienen en cuenta ni al aprendiente ni el momento presente: unos aprendientes y unas circunstancias concretos y unas características que diferencian lo que significa el aprendizaje en ese momento de otro; porque aprender y por tanto, educar, no significan siempre lo mismo.

    En los últimos meses la Web 2.0, los blogs, wikis, podcasts, etc. y todo el debate y la formación de cómo utilizarlos en el mundo educativo han saltado de la red a los manuales. Ya podemos encontrar una parte de los libros de ELE dedicada a cómo utilizar un blog con Blogger o a grabar un podcast, por ejemplo.

    Sin embargo, las herramientas que utilizamos en la Web para la educación cambian constantemente y a un ritmo cada vez más rápido. Dentro de poco nadie utilizará blogs ni podcast en sus clases porque aparecerán otras herramientas que se adapten mejor a cómo aprendemos en ese momento concreto. Se ha hecho ya rutina decir que el email, los blogs, incluso la Web 2.0 han muerto.

    David Vidal y yo (y otros compañeros, seguro) nos preguntamos qué sentido tiene incluir «tareas 2.0» en libros de texto como si fueran otras actividades más, que se diferencian de las «no 2.0» simplemente porque utilizan internet, y que hay que utilizar porque ya se sabe que nuestros estudiantes las utilizan, porque son unos nativos digitales. A eso llamamos actividad Ikea.

    En una actividad Ikea hay un manual con unas largas instrucciones que debemos aprender y seguir obedientemente para llegar a nuestro objetivo: construir una estantería o completar una actividad. Sin embargo, nosotros nos encontramos con un problema, como dijo David: «A mí no me encajan siempre las piezas». Y éste es el resultado:

    Necesitamos, por tanto, tareas abiertas, que se diferencien en el enfoque educativo, un enfoque que se adapte a la manera actual de aprender.

    Proponemos una vez más eliminar la etiqueta 2.0 y fomentar una educación y una formación de profesores centrada no tanto en las herramientas sino en la manera de aprender, que sí se ve expuesta a modificaciones constantes por los cambios que tienen lugar en la sociedad, sobre todo por la manera de relacionarnos y conectar con la información, el conocimiento y el mundo que nos rodea.

    Espacios compartidos de aprendizaje

    3450940419_f2ae13dcb0_mEl proyecto Shared Space nació en los Países Bajos como propuesta para acabar con los atascos de circulación y reducir los accidentes, a base de eliminar las señales de tráfico y los semáforos, entre otras medidas.

    Esta liberación del espacio ha dado lugar a una lógica negociación del orden que simplemente funciona:

    Shared space is a traffic engineering concept involving the removal of the traditional separation between motor vehicles and pedestrians and other road users, and the removal of traditional road priority management devices such as kerbs, lines, signs and signals. The reasoning behind the idea is that it will result in improved road safety by forcing users to negotiate their way through shared areas at appropriate speeds and with due consideration for the other users of the space

    El éxito de Shared Space debería servir de ejemplo también para los entornos de aprendizaje en el mundo educativo. Hay proyectos importantes en algunos países al respecto -en Holanda es una maravilla darse una vuelta por los nuevos centros escolares y universitarios, cada vez mejor diseñados para eliminar barreras y favorecer una eficiente autonomía conectiva. Slash21 fue uno de los proyectos pioneros en Holanda (diapositivas 9, 10, 11…) pero su ejemplo es ya rutina por estos lares:

    Tengo pendientes algunas entradas sobre este tema en el blog, ya que no solo me interesa mucho -como a Grainne Conole, por ejemplo– sino que estoy en el sitio justo para dar cuenta de ello.

    Sin embargo, es obvio que hay que ir más allá, considerando que cualquier espacio es un espacio de aprendizaje. Como decía Sarah Robbins en un post de referencia -sí, estoy citando a una edupunk:

    I also think it’s beneficial to integrate learning into social spaces because it reinforces the idea that learning doesn’t just happen in privileged spaces but can happen anywhere and without the intervention of an “official teacher”. I think it helps put subject matter in a broader context of other areas that students are interested in so that the lines between “course work” and “life” aren’t so structured.

    Zemos'98, la educación de un momento a otro

    Ayer arrancó en Sevilla la 11ª Edición del Festival Zemos’98, que este año tiene como leitmotiv lo que llaman la Educación Expandida, bajo el impecable eslogan de «La educación puede ocurrir en cualquier momento, en cualquier lugar«.

    El Festival resume en su programa de mano (atención, pdf) tantos proyectos que cuesta un poco hacerse una idea clara de cómo funciona, dónde comienza una cosa y dónde termina la otra. Conciertos, talleres, conferencias, intervenciones sonoras,… o lo que es lo mismo, una semana para estar en Sevilla disfrutando del buen tiempo e intercambiando experiencias e impresiones.

    De momento me interesan bastante los talleres que tienen que ver con la generación de conocimiento colectivo (¿por qué no conectivo?) de David Gómez y Marcos García y Laura Fernández, y los que ponen en relación proyectos educativos con el entorno en que se producen, como los de Lafundició y Amasté.

    Estaremos atentos a cómo se desarrolla el Simposio, sobre todo en lo que incumbe a la educación en relación con las instituciones -el gran reto de la Educación Expandida (¿Educación Conectiva?) en los próximos años- y al lugar del individuo en este maremágnum de colectividad. A ver si este modelo de educación ocurre de una vez «aquí y ahora«, y dejamos atrás la eterna promesa del «de un momento a otro«.

    ¿Alguien anda por ahí? ¿Alguna crónica desde Sevilla, al margen de las oficiales?

    It's Student, Stupid!

    Ahora que Marc Prensky ha decidido dar por amortizada su conocida dicotomía entre nativos e inmigrantes digitales para poner el foco sobre lo que denomina “digital wisdom”, debemos ser más conscientes todavía de que el protagonismo del cambio en el mundo educativo no puede darse más que desde y para los propios estudiantes.

    Hace unos días Lola Torres recuperó en su blog -en el marco de una entrada que tiene los enlaces justos, aunque no estén desarrollados- el vídeo que Michael Wesch montó en 2007 a partir de las ideas de 200 estudiantes de Antropología Cultural de la Kansas State University. Aquí son los propios estudiantes los que toman la palabra y cuentan cómo y qué necesitan aprender, qué objetivos, esperanzas o sueños albergan para el futuro, cómo prevén ese futuro que les pertenece:

    Supongo que Lola ve este hecho en una línea «edupunk» (su entrada lleva por título «hackeando la educación»). Los que vemos el mundo educativo desde un punto de vista «edupop» miramos con interés iniciativas como la de GradeGuru, un servicio en el que los estudiantes que necesitan mejorar sus notas pueden contar con la ayuda de otros compañeros, a cambio de una recompensa económica:

    «GradeGuru.com is a note sharing platform for college students to share notes, give each other feedback and engage in collaborative learning. GG is an information sharing site created by students for students. We’re also providing students with cash and rewards for their notes because we believe students should earn for sharing their knowledge. Our vision is to create a community of students who can rely on each other for academic support – whether through the feedback they receive on the notes that they contribute, or the ability to download their peers’ notes for free.

    Since GradeGuru is a meritocracy, how much you get rewarded will be determined by how good your peers think your notes are.»

    A los profesores nos pagan por enseñar, ¿por qué los estudiantes que enseñan a sus pares no pueden recibir a cambio lo que quieran? Es lo que subyace en el sharismo de Isaac Mao, y en el Manifiesto Edupop que David Vidal y yo publicamos en este blog:

    «Technology and knowledge must be free to share, sell or use in order to give away ideas, innovations and visions. So we will receive whatever is shared, sold or gave away in return. We live in a connective world where culture and knowledge is everywhere, and individuals must be free to do as they want in it».

    Y de Alemania viene Sofatutor, que ha entrado en beta esta semana, otra iniciativa nacida entre universitarios. La idea no está totalmente definida todavía pero se trata de una plataforma educativa basada en la posibilidad de que cualquiera pueda producir vídeos al estilo commoncraft y gane dinero con ello:


    sofatutor introduction from SofaTutor on Vimeo.


    En el fondo, todo va en la misma dirección: horizontalidad, sharismo y foco en el aprendiente que es el protagonista tanto del proceso de aprendizaje como del proceso de enseñanza.

    Alabanza de Denis Rancourt

    3268492487_0243397d83_mEl profesor de física de la Universidad de Ottawa (Canadá) Denis Rancourt decidió no evaluar a sus alumnos -mejor dicho, decidió darles la máxima nota desde el principio:

    [Its is not my job] to rank their [students] skills for future employers, or train them to be “information transfer machines,” regurgitating facts on demand. Released from the pressure to ace the test, they would become “scientists, not automatons”.

    Lo han despedido con una violencia inusitada: «In December, the senior physicist was suspended from teaching, locked out of his laboratory and told that the university administration was recommending his dismissal and banning him from campus». Pero no solo eso, lo tratan como a un delincuente:

    Firing a tenured professor is rare in itself, but two weeks ago the university took an even more extreme step: When Prof. Rancourt went on campus to host a regular meeting of his documentary film society, he was led away in handcuffs by police and charged with trespassing.

    Pueden leer la noticia completa aquí. D’Arcy Norman se hace eco del hecho en su blog y lo comenta acertadamente -aunque echo a faltar un comentario sobre la forma en que está siendo tratado:

    As we continue moving toward a more individual and portfolio-driven assessment of a person’s abilities, philosophies, and educational contexts, grades become less meaningful anyway. What may have been lacking in Rancourt’s class was some concrete means for students to document and describe their learning, once their A+ grade had been essentially rendered meaningless as an assessment metric.

    La actuación de Rancourt me parece ejemplar, y el hecho de que haya suscitado tal «rancour» en su contra por parte de la universidad me parece que indica que ha puesto el dedo en la llaga de un sistema que se mantiene mediante la coacción evaluativa. Como bien dice: “Grades poison the educational environment. We’re training students to be obedient, and to try to read our minds, rather than being a catalyst for learning”:

    [vía elearnspace]

    El sharismo de Isaac Mao

    1015321102_7778e0a266Sharismo: Una revolución de la mente [pdf, trad. esp.]

    Estoy entre los que piensan que no tiene sentido adaptar paradigmas predigitales a los nuevos entornos de aprendizaje, y que el humanismo no puede prescindir del conocimiento científico (como no lo hizo el patrón original del Humanismo renacentista). Si hay que elegir, me decanto por tecnólogos que conozcan el funcionamiento real de la mente –Rheingold, por ejemplo- antes que por luditas que inventan teorías mentalistas (Gardner, por ejemplo).

    Esto es lo que me pasaba por la cabeza mientras escuchaba a Mario Rinvolucri hablar una vez más de su revolución humanista, que me temo que poco tiene que ver con lo que está pasando en «otros vagones del tren» (por usar su propia terminología). Mientras tanto, desde China llega un interesantísimo ensayo de Isaac Mao (maravilloso nombre) titulado «Sharismo: A Mind Revolution», un texto excepcional que parte de la idea de que compartir está en la naturaleza del ser humano, es decir, en la propia sinapsis neuronal.

    Mao presenta el “sharismo” como el “Espíritu de la Era de la Web 2.0” y lo resume en una frase: «Cuanto menos compartes, menos poder tienes»:

    Una cultura que no comparte (“non-sharing culture”) nos engaña con su absoluta separación de Espacio Privado y Espacio Público. Hace de la acción creativa una elección binaria entre lo público y lo privado, lo abierto y lo cerrado. Esto abre una brecha en el espectro del conocimiento. Aunque esta brecha tiene el potencial de convertirse en un espacio creativo valioso, la inquietud por la privacidad hace que esta brecha sea difícil de cerrar. No debería sorprendernos que, para sentirse seguros, la mayoría de la gente mantenga lo que podría compartir como privado y adopte una actitud “cerrada”. Tienen miedo de que Internet genere una capacidad de abuso contra la que no puedan luchar solos. Sin embargo, la paradoja es esta: Cuanto menos compartes, menos poder tienes.

    He traducido el texto al español porque me parece que -con todo su exceso de optimismo, poesía y abuso del término «social»- se trata de un ensayo verdaderamente inspirador para el tiempo en que vivimos, y desde luego en el ámbito educativo: «Puesto que el sharismo puede mejorar la comunicación, la colaboración y la comprensión mutua, creo que tiene también un lugar en el sistema educativo».

    La capacidad de compartir con nuestros estudiantes a partir del respeto a su individualidad va más allá de esa interpretación chata de la dimensión afectiva del aprendizaje tan de moda. Es a partir del respeto al individuo, a su decisión libre de interactuar o no, y de poner en juego estratégicamente su inteligencia conectiva como es posible entender una enseñanza libre de falsos ídolos y que responda a los fundamentos de la naturaleza humana.

      Si alguien quiere discutir la traducción puede hacerlo en este wiki: http://sharismo.pbwiki.com

    El laboratorio del futuro

    futurelab_medium_(22459)El otro día, repasando lecturas pendientes, me topé de nuevo con Futurelab, una organización sin ánimo de lucro asentada en Bristol y dedicada a la inovación en educación. Lo curioso es que me extraño de que todavía no hubiéramos enlazado con un sitio cuya filosofía se acerca tanto a nosotros.

    La idea que dirige el proyecto no es otra que la de intentar expandir el campo de investigación en educación, de cara sobre todo a poner sobre la mesa de debate la gran cantidad de posibilidades que la tecnología nos ofrece -o nos ofrecerá. En otras palabras

    to have a surplus of potential ideas, vision and plans so that we have a range of strategies to draw on when we face the serious educational challenges  that social, economic and technical change presents us with.

    Es más que probable que la mayoría de los cambios que se prevén ni siquiera vean la luz en las aulas -de ahí ese superplus de ideas-, pero es más que necesario enfrentarse a lo que pueda venir, antes que quedarnos en lo que hay. De otro lado, como ellos mismos comentan, la educación seguirá siendo siempre la Cenicienta de la tecnología… se siguen haciendo Webquest cuando las Redes Sociales están en pleno auge…

    We need to understand what may be emerging, explore its implications for education, and understand how best we might harness these changes. (…) Without this early engagement we also risk desingning educatonal practices and approaches that will be rendered obsolete and anachonistic in the context of new human capabilities.

    Así que ya sabéis, a bucear en la biblioteca de Futurelab para intentar cambiar las cosas. Es decir, siguiendo a Douglas Adams: «the best way to predict the future is to build it«.